La investigación está enmarcada en los debates contemporáneos sobre las transiciones democráticas y explica el curso crítico de una transición tardía: la de Colombia afectada por una disputa político militar crónica no resuelta por la propuesta de hegemonía política y social inaugurada con la vigencia de la nueva Constitución de 1991, que fue presentada como un pacto de paz viable a una comunidad política nacional escéptica. Esta disertación fija la trayectoria de un quinquenio, 2005-2010, marcado por la inflexión de la guerra.
Se elucida el significado y el devenir tendencial de dicha transición democrática interrumpida, entendiéndose como la expresión singular de un caso de crisis orgánica, de crisis de hegemonía del orden de la dominación establecido por un bloque histórico recompuesto con la presencia de una fuerza subalterna, y que da existencia a la forma Estado social de Derecho a partir de 1991.
La disertación determina el carácter contradictorio de la estructura del sistema político en cuestión, el cual pretende armonizar participación democrática y representación presidencial republicana. Al tiempo, éste define la dinámica contenciosa de los actores antagónicos presentes en dicha transición, esto es: las clases gobernantes y dominantes que configuran y dirigen el bloque de poder; y los grupos y clases subalternas, los gobernados y dominados. El curso de la transición es estudiado desde la década en que comienzan las negociaciones de paz en San Vicente del Caguán, sin embargo la temporalidad que limita el estudio parte desde la mitad de la década pasada, marcada por el segundo mandato de Uribe.
Esta investigación ofrece un elenco de causas que explican el porqué del fracaso de la propuesta de paz contenida en el pacto político de 1991, y como consecuencia de ello, la continuación, agravamiento y degradación del conflicto armado interno, una suerte de guerra civil larvada y acotada primero en los territorios rurales de Colombia. Esta guerra se manifiesta en los fenómenos del desplazamiento masivo, un éxodo interno paralelo, en buena parte ocasionado por la consolidación operacional de una fuerza contrainsurgente, las AUC que con apoyo legal es encargada de la ocupación y el despojo de las tierras destinadas a los grandes macro-proyectos agrícolas y extractivos del que se lucra el capital global.
La política de despojo, desplazamiento y desposesión así implementada conduce a la mutación del régimen neo-presidencial que, en su inicio, debe aclimatar la cultura política propia de las democracias liberales. Sin embargo, el régimen le da cabida a la alianza parapolítica, donde se junta a la dirigencia política regional -ella misma representada por los grandes terratenientes, ganaderos y comerciantes- con la economía ilícita, que a la vez protege y alimenta al paramilitarismo. Hasta recomponer un bloque de poder, que dirigido por el presidente Álvaro Uribe Vélez, se declara dispuesto a liquidar o rendir a la guerrilla de las Farc-ep, primero, y al Eln en seguida, como la única garantía de gobernabilidad autoritaria necesaria para entregar vastos territorios listos para la explotación transnacional sin cortapisa alguna.
Al realizar este análisis de coyuntura se estudian de modo articulado los aspectos estructurales de la formación social capitalista colombiana y los agenciales que le son específicos haciendo énfasis en los grupos y clases subalternas como motor y germen de la transición democrática que se mantiene en ascuas. Se opera mediante un enfoque teórico heurístico que recrea una matriz gramsciana dispuesta para el análisis político social desde la perspectiva de los grupos y clases subalternas en los planos diacrónico y sincrónico. |