La utilización de implantes dentales para el remplazo de dientes perdidos es una opción cada vez más utilizada en la práctica clínica. Una vez se ha perdido un diente se producen cambios drásticos en el reborde alveolar, caracterizados por una disminución volumétrica de los tejidos que estaban asociados al diente perdido (Araujo & Lindhe 2005). La disminución de las dimensiones del reborde alveolar ha sido cuantificada hasta en el 50% del volumen óseo en la zona de premolares y molares (Schropp et. al. 2003). Esta disminución puede comprometer no sólo la correcta colocación de implantes, sino también el lograr una restauración estética (Grunder et al. 2005). Como consecuencia es frecuente la realización de procedimientos de regeneración de los tejidos duros y blandos peri-implantarios (Sanz & Simion 2014). La técnica de aumento de los tejidos blandos más comúnmente realizada es la utilización de injertos de tejido conectivo subepitelial tomados del área palatina (Langer & Calagna 1980, Zuhr et al. 2014). Las técnicas quirúrgicas que involucran la toma de tejido conectivo del paladar se consideran predecibles y con un adecuado resultado estético. Sin embargo la toma de tejido conectivo tiene limitaciones y desventajas, tales como la posibilidad de no poder obtener un volumen de tejido suficiente debido a razones anatómicas y la desventaja de tener un dos sitios quirúrgicos, donador y receptor, que aportan a la morbilidad del procedimiento. Recientemente se han introducido matrices dérmicas de origen xenogénico que buscan eliminar la necesidad de tomar injerto de tejido blando autógeno; estas han sido aplicadas con diferentes indicaciones, como el aumento de la banda de encía queratinizada, el cubrimiento de recesiones radiculares o el aumento del volumen de rebordes edéntulos. En el presente proyecto se plantea un estudio observacional descriptivo para comparar los cambios dimensionales de los tejidos blandos cuando se usa un injerto de tejido conectivo o una matriz dérmica de origen xenogénico. Un grupo de 10 pacientes que hayan recibido un implante en la zona estética y presenten un defecto en el reborde alveolar según la clasificación de Seibert serán distribuidos de forma aleatoria en los dos grupos. Antes del procedimiento quirúrgico y después de 4 meses de cicatrización se tomarán impresiones con silicona de adición y se vaciarán modelos. Estos modelos serán digitalizados para poder realizar una cuantificación de los cambios dimensionales en el los tejidos peri-implantarios. Se compararán los resultados de los dos tratamientos comparados con la línea de base y las diferencias entre los tratamientos. De forma adicional se indagará a los pacientes acerca del nivel de dolor y complicaciones que experimentaron con cada uno de los procedimientos.