El movimiento dental ortodóntico sucede por efecto de fuerzas mecánicas que modulan la remodelación de los tejidos que rodean a los dientes; para que este remodelado tenga lugar, se requiere la aplicación de fuerzas mecánicas que mediante una mecano-recepción en los tejidos de sostén del diente sean traducidas en un estímulo químico para las activaciones celulares relacionadas con el metabolismo óseo, las cuales se producen en dos frentes: el ligamento periodontal (LPD) y el hueso mediante su flexión mecánica. El LPD es una delgada capa de tejido conectivo fibroso, que une por medio de sus fibras el diente al hueso alveolar que lo aloja, juega un rol vital en la amortiguación de las fuerzas generadas por la masticación, el soporte dental y la transferencia de fuerzas. La fuerza ortodóntica aplicada a un diente hace que se libere fluido rápidamente y el diente se desplace en el espacio del ligamento. El resultado inmediato del desplazamiento es la constricción de los vasos sanguíneos en el sitio de compresión, que altera la matriz extracelular y el remodelado de proteínas, esta remodelación de la Matriz extracelular (ECM) desempeña un papel integral en el movimiento dental ortodóntico con las fuerzas ejercidas sobre el diente y transmitida a los tejidos circundantes del periodonto. Las fibras de los nervios periféricos participan en el proceso inflamatorio (inflamación neurogénica) liberando varios neuropéptidos que están en capacidad de interactuar con las células endoteliales que a su vez se unen a los leucocitos, facilitando su migración desde los capilares y dando lugar a un proceso inflamatorio agudo. Durante este proceso inflamatorio se liberan citoquinas que inducen la diferenciación osteoclástica y osteoblastica dando inicio al remodelado óseo que conducirá al movimiento dental. En general se acepta que la velocidad del movimiento de los dientes está controlada por la tasa de resorción ósea, que a su vez es controlado por la actividad osteoclastica. Por lo tanto se puede suponer que los factores de reclutamiento de los precursores de osteoclastos en la circulación y que estimulan la diferenciación de estas células, deben desempeñar un papel importante en el movimiento dental El desarrollo del movimiento dental ortodóntico acelerado al parecer ofrece una alternativa de tratamiento eficaz para algunos pacientes y puede llegar a ser una herramienta importante para el ortodoncista. Este procedimiento induce una osteopenia transitoria en la zona tratada y un incremento en el recambio tisular, que a su vez permite un movimiento dental rápido. El empleo de la técnica de piezo incisión en ortodoncia, ha ido en aumento en los últimos cuatro años, ésta es una técnica mínimamente invasiva, que utiliza el principio de la piezo electricidad. En ortodoncia su usa, realizando incisiones en la encía vestibular, por donde entrará el inserto del piezoeléctrico y creará la perforación ósea, lo que generará un aumento de la actividad osteoblástica y osteoclástica resultando en un incremento de la densidad ósea y un aumento del recambio óseo, con la consecuente aceleración del movimiento dental. El fenómeno de aceleración rápida inicia a los pocos días de realizada la cirugía y alcanza el pico usualmente entre los 1 a 2 meses y va descendiendo hasta que se alcanza la remineralización. El protocolo de Dibart es el siguiente: 1. Piezoincisión una semana después de la colocación de la aparatología ortodontica. 2. Anestesia local. 3. Incisiones verticales gingivales interproximales debajo de la papila interdental usando una hoja de bisturí número 15 (micro-incisiones). Estas incisiones deben cruzar el periostio, permitiendo que la hoja entre en contacto con el hueso alveolar. 4. Inserción de la cuchilla del piezoeléctrico (BS1 Piezotome ™, Satelec Acteon Grupo Mérignac, Francia), en las incisiones gingivales realizadas anteriormente y a unos 3 mm de profundidad. 5. Se realiza la corticotomía llegando hasta el hueso medular