Algunos de los productos naturales aislados de invertebrados marinos han
demostrado ser, o se sospecha que lo sean, de origen microbiano, pero sólo hasta
ahora la comunidad científica empieza a dimensionar la inmensa diversidad
genética y bioquímica que se encuentra en los microorganismos marinos. La
complejidad de los hábitats acuáticos se refleja en una gran diversidad genética
y metabólica que ha reorientado la búsqueda de actinomicetos hacia ambientes
poco estudiados como sedimentos de ríos, lagos y océanos, dado que ofrecen la
posibilidad de encontrar cepas nativas desconocidas que produzcan nuevos
metabolitos activos. Así, el estudio de Actinobacterias marinas se ha constituido
en una de las principales áreas de investigación en los trópicos, debido a su
reconocimiento como los procariotas de mayor importancia a nivel económico y
biotecnológico. De otro lado, la agricultura enfrenta dificultades por la presencia de
enfermedades causadas por microorganismos, a lo cual no es ajeno nuestro país.
La forma tradicional de enfrentar este problema ha sido el uso de pesticidas de
origen sintético, que ha mostrado algunos problemas por su elevada toxicidad y
el advenimiento de cepas resistentes. Así, es claro que se requieren nuevos
métodos de control de estas plagas, que pueden incluir el uso de bacterias
controladoras de plagas, las cuales producen metabolitos secundarios activos
(antibacterianos, antifúngicos, inhibidores del quorum sensing etc) que pueden
actuar contra fitopatógenos. Dentro de estas bacterias controladoras, se destacan
las pertenecientes al orden Actinomycetales, especialmente el género
Streptomyces, pues producen entre el 50-55% de los 10.000 antibióticos
conocidos, y pueden controlar eficazmente tanto a hongos como a bacterias
patógenas de diversos cultivos. Entre las propiedades que pueden explicar su
utilidad para actuar como agentes biocontroladores, está su capacidad de
colonizar la superficie de la planta, y la antibiosis contra patógenos de las plantas
entre otras. En Colombia, los estudios de microorganismos marinos como fuente de
compuestos bioactivos hasta ahora se están empezando a realizar, por lo que su
potencial es aún desconocido. En el marco anterior y buscando aportar al
conocimiento de esta área nueva a nivel mundial, y prácticamente inexplorada en
Colombia, se propone aislar y caracterizar taxonómica Actinobacterias marinas a
partir de invertebrados y sedimentos de la Isla de Providencia, Caribe
Colombiano. Adicionalmente, las cepas puras serán evaluadas en cuanto a su
actividad antibacteriana y antifúngica, contra cepas fitopatógenas de interés para
los cultivos de arroz. En una segunda fase, que no es parte de esta propuesta, se
caracterizarán los compuestos responsables de la actividad observada. |