La aparición de metabolitos secundarios con propiedades activas ha sido sin duda uno de los importantes hitos en la medicina moderna con la cual el tratamiento de importantes enfermedades logró una efectividad antes impensable. Sin embargo la proporción a la que son descubiertas nuevas moléculas no es suficiente. Aun con el advenimiento de la química combinatoria, la naturaleza sigue siendo la principal fuente de compuestos con propiedades terapéuticas (Harvey, 2000). Entre estas fuentes naturales, los metabolitos secundarios de origen microbiano han brindado gran variedad de compuestos médicos como antibióticos, inmunosupresores, antitumorales y estatinas (Harvey, 2000). Estas drogas provienen de un rango muy pequeño de la diversidad microbiana (Pearce, 1997). De hecho solo aproximadamente 6000 especies bacterianas han sido descritas mientras el número de solo especies de hongos, algas y procariotes se estima en más de 1.5 millones (Pimm et al., 1995). De acuerdo con lo anterior es necesario explorar la biodiversidad para la búsqueda de nuevas moléculas. En Colombia, hasta el momento, no se han encontrado reportes publicados de investigaciones acerca de las mixobacterias, por tanto, es de especial interés la construcción de una colección de estos microorganismos a partir de muestras provenientes de diferentes regiones. El objetivo principal de esta investigación es explorar los géneros presentes en el territorio, y examinar algunas de las propiedades biológicas que puedan tener sus metabolitos, dado el interés que éstos suscitan en la industria farmacéutica, y especialmente, en la búsqueda de nuevos productos antineoplásicos o antitumorales. A pesar de mostrar propiedades antimicrobianas significativas, una de las actividades más promisorias de las mixobacterias son aquellas que han mostrado citotoxicidad en células de mamíferos, por lo que algunos metabolitos provenientes de estos microorganismos, han sido usados para la producción de compuestos quimioterapéuticos empleados en tratamientos contra el cáncer (Weissman y Müller, 2010). Este es el caso de las epotilonas, descubiertas al principio de la década de los 90, las cuales fueron purificadas a partir de la mixobacteria Sorangium cellulosum y han mostrado una efectividad mayor en el tratamiento de tumores sólidos en comparación a los taxanos (Reichenbach y Hofle, 2008 y Mohr et al., 2016). Una cantidad apreciable de descubrimientos en torno a las actividades antineoplásicas de las epotilonas, han promovido el desarrollo de sus respectivos análogos semisintéticos, como lo es la ixabepilona, la cual se destaca debido a su aprobación por parte de la FDA en el año 2007 para el tratamiento de cáncer de mama, bajo el nombre comercial de IxempraTM (Cragg et al., 2011). El presente proyecto pretende entonces, el muestreo de la diversidad biológica de Colombia para la búsqueda de mixobacterias productoras de sustancias activas con propiedades antimicronianas o antitumorales.