En Colombia los manglares han sido objeto de aprovechamiento forestal en los dos litorales desde mediados del siglo XX. En la actualidad el aprovechamiento se realiza para la obtención de madera para la industria, la construcción (varas, vigones, horcones, pilotes, andamios, pies de amigo, entre otros), postes para redes eléctricas y madera con fines energéticos como leña y carbón (Hernández-Camacho, 1976; Winograd, 1987; Olaya et al., 1991). El desarrollo progresivo de las zonas costeras del Caribe colombiano implica la necesidad de manejar eficientemente los recursos naturales para garantizar la subsistencia del manglar, que aporta insumos para la evolución armónica de otros sistemas (Álvarez-León y Polanía, 1996). La entrada en operación de la represa Urrá I, llenado entre noviembre de 1999 y julio del 2000 puede haber ocasionado impactos ambientales negativos sobre algunos componentes en la zona deltáica del río Sinú. En la Bahía de Cispatá, los manglares han sido afectados de manera importante por procesos naturales y por intervención antrópica directa e indirecta, la colmatación de la bahía parece haberse acelerado al iniciarse la extracción de madera aguas arriba del río Sinú. La adaptación del manglar a los cambios en la inundación fluviomarina está influenciada por los subsecuentes cambios en las tasas de sedimentación y acumulación de material orgánico en el suelo, los cuales, a su vez, dependen de los cambios climáticos a escalas local y global en las cabeceras de los ríos que generan cambios en caudales y migración de los lechos. El proyecto se propone analizar el efecto del aumento en el nivel y duración de la inundación fluvial y/o marina sobre la composición, estructura y regeneración de los manglares en la Bahía de Cispatá; entender los cambios y la respuesta de los manglares a la dinámica fluviomarina en el régimen de inundación en los últimos 25 años en la bahía de Cispatá.