La transición política que vivieron las colonias americanas a finales del siglo XVIII y principios del XIX está atravesada por varias coyunturas y especificidades. Una de tantas tiene que ver con lo antagonismos entre los súbditos y vasallos leales a la Corona, en contravía con quienes lucharon por la construcción de un nuevo régimen que más tarde le daría vida a los Estados nacionales. En ese periodo de transición, las sociedades del Virreinato del Nuevo Reino de Granada hicieron uso de la fiesta, los símbolos-antiguos y nuevos- y los discursos para construir la memoria de la nación con la que soñaban. La fiesta de carácter colonial con cada una de sus particularidades en ciudades, villas y sitios vio aparecer nuevas celebraciones a las que los grupos y los sujetos adhirieron dependiendo del imaginario y la representación que tenían sobre el poder, adornando sus nuevas ceremonias patrias con retazos del pasado y utopías sobre el futuro.
Las fiestas religiosas sufrieron su ocaso para ver nacer la fiesta y celebración patria, la construcción simbólica de ídolos criollos y la participación de los grupos subalternos (negros, indios y mestizos) con una amalgama de prácticas y celebraciones que proyectaban la aparición de un nuevo orden: el estado nación que, aunque se reclamó mestizo, en la práctica, estaba compuesto por diversas castas socio-raciales, la cuales adhirieron de manera distinta al proyecto protonacional. Ese tipo de análisis sobre las relaciones entre fiesta, memoria y nación amerita una investigación específica, máxime ahora que estamos asistiendo como sociedad a la conmemoración de Bicentenario de la Independencia en nuestro país. La sacralización del pasado y la invención de símbolos políticos y literarios antecedieron y le dieron fuerza a la nación colombiana.
Ahora que los estados Iberoamericanos se preparan para celebrar el Bicentenario de las independencias, el tema de la fiesta, los ritos y símbolos cobran sentido, en la medida en que es por medio de ellos que se ha construido la memoria sobre el estado nación en Colombia. La memoria sobre nuestra Independencia no puede restringirse al hecho cierto de los cambios en las estructuras políticas, económicas y administrativas sino que debe registrar para los ciudadanos el papel significativo que ha cumplido la fiesta en la construcción de nuestra historia nacional. De vital importancia es también la investigación sobre las ideas y costumbres que transitaron de un siglo a otro con modificaciones y nuevas revalorizaciones.
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