Este proyecto analizará los efectos socioeconómicos que tiene la pandemia ocasionada por la Covid-19, a partir de las percepciones que tiene la población vulnerable, vinculada a las actividades informales del turismo en las ciudades de Cartagena y San Andrés isla. Se examinarán explícitamente dos comunidades, cuyo sustento depende de la oferta de servicios informales a los turistas; Playa Blanca, ubicada en la isla de Barú en Cartagena de Indias y el Cayo de Johnny Cay, en la isla de San Andrés. La propuesta busca, además de caracterizar la situación actual, formular estrategias que contribuyan a afrontar la crisis que viven los trabajadores informales que dependen de las actividades turísticas que se realizaban en estos dos destinos turísticos. Se buscará, ante todo, incorporar estrategias que le apuesten a alternativas de promoción del turismo, a partir de la Innovación Social.
Con el reconocimiento que hizo la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la Covid-19 como pandemia el 11 de marzo de 2020, se produjo un impacto profundo en el sistema financiero transnacional. Lo anterior, sumado al desplome de los precios del petróleo, está generando grandes transformaciones en los mercados globales y en la generación de la riqueza mundial. Con las medidas tomadas por los diferentes gobiernos del mundo para la contención del contagio por Covid-19, en especial, las de aislamiento social, se generó la desaceleración del consumo de productos en áreas específicas de la fabricación industrial y el colapso de las bolsas de valores y otros sectores productivos. Uno de los sectores que afronta una de las mayores crisis es el del turismo, que se paralizó como consecuencia de las medidas de aislamiento tomadas por los gobiernos en todo el mundo.
En Colombia las ciudades como Cartagena y San Andrés, que hacen parte de los destinos turísticos del Caribe, han venido experimentando un crecimiento importante de este sector de manera paralela a como se viene creciendo en el resto del Caribe, generando una dependencia cada vez mayor de esta industria. Este crecimiento se debe a que en las últimas décadas el Caribe se ha convertido en uno de los espacios geográficos más visitados. En el 2017, según la organización mundial del turismo, llegaron aproximadamente 30 millones de turistas.
Para el 2018 la cifra de visitas estuvo casi igual, aunque para el 2019 el crecimiento superó las expectativas convirtiendo el sector en uno de los de mayor crecimiento en el Caribe, registrando un aumento de 4,4%, que llegaron a superar el crecimiento del turismo global del 3,8%. Según el Ministerio de Comercio e Industria en el 2018 llegaron a Colombia 4,2 millones de turistas, lo que representó un alza del 7.6% frente al año 2017, estas cifras permiten asegurar que el turismo en Colombia sigue creciendo, colocándose por encima del promedio mundial con un 6% y a nivel regional con un 3%, sin duda, un reglón muy importante para el desarrollo económico del país. Ese incremento ha posicionado en la última década a ciudades del Caribe Colombiano, como Cartagena y San Andrés que se disputan la primacía en el desarrollo del turismo, mientras Cartagena ocupó el primer lugar en la región Caribe Colombiana durante varias décadas, en los últimos 5 años esa posición le ha sido arrebata por la isla de San Andrés, que se ha convertido en el sitio con mayor tasa de ocupación hotelera del país.
Con la declaratoria de Pandemia y las medidas que se implementaron que produjeron la parálisis del turismo mundial, estas dos ciudades se han visto seriamente afectadas, pero sobre todo la población vulnerable cuyo, sustento depende de las actividades productivas relacionadas con turismo. Esta propuesta de extensión solidaria busca contribuir con el conocimiento sobre la percepción de los efectos socioeconómicos que tienen estas comunidades involucradas en eta situación y buscar una salida desde la innovación social a la crisis que viven en esta coyuntura. |