El carbón negro y el carbón marrón han sido identificados como los principales contaminantes
climáticos de vida corta. Limitar el incremento global de temperaturas en las próximas décadas por
debajo de 1.5°C está supeditado a la adopción de estrategias conjuntas para mitigar no solamente
las emisiones de gases efecto invernadero sino las emisiones de Carbón Negro. Adicional a su efecto
climático, las partículas finas de carbón negro tienen efectos negativos para la salud que son una
causa de preocupación a nivel mundial. Las emisiones asociadas a la quema de biomasa representan
la mayor contribución al inventario global de carbón negro y carbón marrón. Dichas emisiones se
ven afectadas por patrones climáticos en escalas estacionales (época seca y época de lluvias), y
escalas inter-anuales (El Niño/Oscilación del Sur - ENSO). La intensidad y duración de la época seca
en ambas escalas temporales, probablemente se verán afectadas en el futuro debido a los cambios
en los patrones climáticos. En el contexto colombiano las proyecciones del IPCC prevén un descenso
en la precipitación anual en la zona norte de Colombia lo que puede conllevar a un incremento en
la frecuencia e intensidad de ocurrencia de incendios forestales. Trabajos realizados por los
investigadores evidencian una fuerte correlación entre la temporada más seca del año en el norte
de Suramérica (enero a abril), el número de incendios activos (determinado con herramientas
satelitales) y un deterioro estacional de la calidad del aire en varias ciudades. De acuerdo con esto,
el cambio de patrones de precipitación asociado al cambio climático global, puede modificar la
frecuencia e intensidad de incendios forestales, y por esta vía, causar un deterioro sustancial de la
calidad del aire en algunas ciudades colombianas. Por tanto, es necesario desarrollar una
metodología para cuantificar dicho impacto y predecir la ocurrencia de dichos eventos, de forma
que sea posible diseñar estrategias de adaptación frente al entorno cambiante al que se enfrenta el
país. En este proyecto se propone cuantificar la contribución de material particulado proveniente
de la quema de biomasa a escala regional (zona norte de Suramérica) sobre la calidad del aire de las
ciudades colombianas, así como el impacto negativo que esta contribución pueden tener sobre la
salud de la población. El proyecto contempla la realización de una campaña de monitoreo continuo
de la concentración de carbón negro y carbón marrón que llega a la ciudad de Bogotá por un periodo
de al menos 2 años; la realización del modelamiento físico del transporte de las emisiones desde la
fuente hasta el receptor a través del uso del modelo de transporte químico regional WRF-Chem; y
la cuantificación del potencial impacto que dicho incremento asociado a la contribución regional de
la quema de biomasa puede tener sobre la salud de la población. |