Este proyecto es presentado por el semillero "Maquina de Guerra I" del Grupo de Presidencialismo y Participación de la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales. Se trata de una propuesta de investigación de carácter militante y centrada en el estudio de los movimientos sociales colombianos, su relación con la multitud (Toni Negri) y con la ampliación de los procesos democráticos de participación. Este resumen no será un abstract sino más bien una explicación de la pregunta inicial y de la hipótesis central de trabajo. Pregunta Inicial: ¿Qué potencialidad tiene la movilización social colombiana de contribuir a la superación de las contradicciones del sistema capitalista global ? Esta preocupación surge de la observación de la reciente conducta de la movilización social colombiana que desde antes, pero sobre todo desde el 2008, ha logrado articulaciones que logran manifestaciones y procesos de impacto en lo nacional, tales como la Minga, la Marcha Patriótica, el Congreso de los Pueblos, o la Mesa Amplia Nacional de Estudiantes –MANE– . Sin embargo también obedece al cuestionamiento por el papel de esos movimientos en el marco de sus luchas contra una estructura sistémica global, del orden de lo planetario, que obedece a las lógicas del capital y que usa a su favor de distintos modos el poder del Estado (o de los Estados). Tanto en el trabajo de Hardt y Negri, como en el de otros autores como Wallerstein, no sólo aparece un poder hegemónico global , sino que además se presenta su correlato en un sujeto social que cuestiona y arremete contra esta hegemonía supuestamente irresistible. Poner la lupa sobre este sujeto contra-hegemónico es el interés de este trabajo, pero de inmediato surgen nuestras primeras inquietudes: ¿el concepto de movimientos anti-sistémicos en Wallerstein es enteramente compatible con el de Multitud que aparece en Hardt-Negri? ¿Se podría afirmar que en la movilización social colombiana existe cosa tal como el espíritu de Porto Alegre y cuál es su relación con las nuevas y viejas izquierdas? ¿Cuál será la capacidad que tiene el movimiento social colombiano de hibridarse y generar las metamorfosis biopolíticas que le permitan reclamar el poder que Hardt-Negri encuentran en la Multitud? ¿Existe en la movilización social colombiana esa realidad ontológica llamada Multitud? O incluso ¿esa Multitud es una realidad o simplemente una ilusión? Parece sumamente complicado dar respuesta a estas preguntas sin analizar con detalle a este sujeto social contra-hegemónico sobre todo en sus capacidades transformadoras, pero ¿qué método seguir? Nuestra intensión es atrincherarnos en una ágil maquina de guerra nómada, como lo llamaría Guattari, en donde podamos enfrentar las maquinas estatales que pretenden controlar y fragmentar los espacios de el poder, el conocimiento y la vida, y desde allí, en pleno uso de las armas académicas adquiridas por nuestras singularidades, haciendo un ejercicio interno de “multitud”, emprender la tarea de indagar por las capacidades transformadoras y asumir como misión de guerra la misma búsqueda de la multitud. Los trabajos que David Harvey desarrolla sobre el Nuevo imperialismo, regionalidad y territorio nos arrojan otras luces: para Harvey es imprescindible en el ánimo de entender la forma en que el sistema responde a sus crisis estudiar con cuidado tanto el proceso general de acumulación como sus distintas formas moleculares. Según Harvey, los procesos moleculares de acumulación buscan soluciones temporales, espaciales o espacio-temporales a las crisis de sobreacumulación que genera el capital y que lo lleva a la reducción de la tasa general de ganancias; las soluciones espacio-temporales se expresan mediante la expansión de los capitales a territorios neo-coloniales en donde son invertidos en proyectos de infraestructura social o material con tasas de retorno a largo plazo, tales como con en el caso del proyecto hidroeléctrico del Quimbo en Huila o el megaproyecto minero de la Colosa en Cajamarca. Quizás un estudio sobre el sujeto contra-hegemónico al sistema capitalista global deba buscar la comprensión de la movilización social que hace frente a procesos moleculares de acumulación, y esa tarea puede exigir un ejercicio de desagregación de la misma movilización anti-sistémica sin que comprometa su carácter global. La idea no es estudiar procesos aislados, sino tratar de poner el foco sobre procesos moleculares que están interconectados con la totalidad de la acción y vida ontológica de una multitud planetaria. Entonces ¿Sobre qué casos moleculares de movilización y de acumulación deberíamos concentrar la atención de nuestro estudio? El gobierno Colombiano ha decidido enganchar su Plan Nacional de Desarrollo a los megaproyectos minero-energéticos, contexto en el que dos de los casos más grandes y discutidos son el proyecto hidroeléctrico del Quimbo en el centro del Departamento del Huila, y el megaproyecto minero de la Colosa en el municipio de Cajamarca. Estos dos casos son ejemplos de la forma en que los procesos moleculares de acumulación se comportan. Paralelamente a estos proyectos una parte considerable y creciente de los movimientos y organizaciones sociales anti-sistémicas y opositoras al capitalismo y al Estado están poniendo sus ojos sobre estas inversiones y sobre los impactos sociales y ambientales que generan. Por todas estás consideraciones anteriores nuestra hipótesis consiste en que el estudio y análisis comparado de los procesos (molares y moleculares) de movilización social que se oponen a los procesos (molares y moleculares) de expansión del capital en el “Quimbo” y la “Colosa”, permiten una aproximación a la comprensión (teórica) y evaluación (política) de las potencialidades existentes en la movilización social colombiana de contribuir a la superación de las contradicciones que caracterizan al sistema capitalista global.