El estilo de vida de las sociedades modernas preocupadas por su salud, conllevó aumentar el consumo de alimentos funcionales y naturales, propiciando alternativas en el uso de aditivos alimentarios, que otorgan además de características organolépticas, mejoras en procesos de elaboración y conservación. A través del uso de los aceites esenciales (AE); como aditivos alimentarios; se busca además de algunas características organolépticas de interés, propiciar un efecto antimicrobiano para prolongar la vida útil de algunos alimentos; atribuido principalmente a la acción de los componentes químicos de estos aceites, sobre la membrana celular de algunas bacterias. Así se llevará a cabo la extracción del aceite esencial del Tomillo (Thymus Vulgaris) a través del método de arrastre por vapor y la posterior caracterización de su quimiotipo. Con el propósito de evaluar el efecto antimicrobiano, contra la actividad patógena de Listeria monocytogenes. Se desarrollará un protocolo de prueba de la actividad del aceite esencial utilizando métodos In Vitro. Esta prueba consistirá en evaluar la concentración mínima inhibitoria (CMI) en la que se impide el crecimiento de la Listeria sometida a diferentes concentraciones del aceite esencial del Tomillo. Con base a la CMI se utilizarán aquellos rangos de concentración que no muestren diferencias significativas llevándolo a pruebas In Vivo en donde se determinará el modo y momento de inclusión de estas diferentes concentraciones de AE, en la elaboración de algunos derivados lácteos, específicamente el queso Ricota como matriz de interés, este se someterá a pruebas de análisis sensorial para determinar la aceptación de los posibles consumidores.