El impacto del cáncer está creciendo de forma sostenida en numerosos países de ingresos bajos y medios. Se considera una prioridad la comprensión de la relevancia de esta enfermedad y de intervenir de forma urgente contra ella, siendo preciso reforzar las actividades de prevención, detección temprana y control, así como la adopción de un nuevo enfoque integral. El problema parte de identificar la carga que representa el cáncer en el mundo y en América Latina, la amenaza es cada vez mayor: el número de personas, familias y comunidades afectadas está aumentando y se constituye una causa subestimada de pobreza, dificulta el desarrollo económico de muchos países. De igual forma es evidente los gastos de atención de salud, y el creciente interés en programas innovadores que vinculan el papel central del paciente en el manejo de su enfermedad desde las fases de promoción de la salud, prevención y detección temprana. Se espera que estos programas proporcionen a los pacientes los conocimientos, las habilidades y la confianza para hacer frente a los problemas relacionados con la enfermedad y prepararlos para participar con los profesionales de la salud y el Sistema de salud. De otra parte, se identifican barreras para la atención integral, y el acceso a todas las regiones del territorio nacional, tales como la falta de personal capacitado en componentes básicos de la atención en cáncer y, la dificultad para lograr adherencia a las terapeúticas oncológicas. Así mismo, la falta de comunicación y de coordinación de la atención entre los diferentes actores impide la eficacia de los esfuerzos por el cuidado de la salud. Es de señalar que el tratamiento de problemas crónicos de salud ha demostrado ser más eficaz en sistemas integrados donde existe una colaboración activa entre los pacientes, las comunidades y los profesionales de salud. En el contexto local corresponde a instituciones de salud de referencia, establecer programas determinando su utilidad para el paciente, la institución misma y el sistema de salud. Ahora bien, el manejo de los síntomas y efectos secundarios se constituyen como eje central del tratamiento oncológico, su inadecuado abordaje es considerado como factor de riesgo para las complicaciones, el abandono del tratamiento y, las afectaciones en la calidad de vida del paciente. En consonancia con el Ministerio de Salud y Protección Social, el cáncer se puede controlar a través de cambios en el estilo de vida, políticas públicas e intervenciones de salud, y requieren un abordaje intersectorial e integrado. El acceso a los servicios de salud en oncología puede resultar complejo y desafiante; por ello se ha creado el concepto de navegación en oncología, que consiste en un proceso durante el cual se brinda apoyo individualizado a los pacientes, familias y cuidadores para superar las dificultades de los diferentes sistemas de salud y facilitar el acceso oportuno a los servicios de atención en salud y a nivel psicosocial. Este proceso es guiado por un profesional en enfermería, denominado “enfermero navegador”, quien tiene conocimiento clínico específico en el área, se comunica asertivamente, y es capaz de utilizar el proceso de enfermería para proveer educación y recursos facilitando la toma de decisiones informadas, y garantizando la calidad en la atención durante todas las fases del cáncer. Es objetivo del programa aportar en la generación del programa de navegación de pacientes, mediante un diagnóstico de la carga del síntoma y los comportamientos de automanejo de los pacientes; el diseño del programa piloto acorde con las necesidades del contexto colombiano; la determinación de la aceptabilidad y factibilidad del programa con la precisión de barreras y facilitadores para su implementación en centros de atención de cáncer. Adicionalmente se espera vincular estudiantes de diferentes niveles de formación de pregrado y consolidar la red de investigación en cuidado a la persona con cáncer en Colombia