La mayoría de estudios taxonómicos en el país corresponden a estudios pioneros de las primeras expediciones, con muy pocos realizados en los últimos 20 años. Recientes estudios en el Pacifico colombiano han revelado dificultad en la identificación de ciertos morfos de diferentes especies, pues las descripciones no coinciden totalmente con dichos morfos (Invemar, Univalle e Inciva 2006, Univalle e Invemar 2010). Los moluscos, el segundo phylum con mayor riqueza, son generalmente identificados a partir de caracteres de la concha (Keen 1971). En los últimos años, se ha encontrado dificultad en la identificación de algunos morfotipos a partir únicamente de la concha. Para esto se puede utilizar como herramienta la morfometría geométrica que sirve para describir y detectar cuantitativamente la variación morfológica presente en las poblaciones, el origen y la naturaleza de la variabilidad morfológica, investigar los patrones que pueden alterar los patrones de variación morfológica, apoyar la taxonomía en particular en poblaciones de estatus taxonómicos dudosos, entre otros. Por lo tanto, es importante solucionar este problema, pues además de la necesidad de conocer cuales especies existen, se debe tener la posibilidad de identificarlas en campo y así disminuir la colecta. Recientemente se han empleado herramientas moleculares (secuencias de ADN: “barcoding”) con el fin de identificar las especies en grupos poco conocidos o difíciles de identificar. Dada la gran cantidad de morfos de moluscos encontrados en el Pacifico colombiano cuya identificación hasta el nivel de especie ha sido problemática, se hace necesario recurrir a esta herramienta para determinar si estos corresponden a variaciones fenotípicas de una especie ya descrita o a especies nuevas para la ciencia y sí las condiciones ambientales afectan este fenotipo. Este trabajo se enfocara en la familia Lottiidae en ecosistemas rocosos de Bahía Málaga e Isla Gorgona, áreas protegidas que han sido estudiadas desde hace más de 20 años. La información brindada por los análisis de ADN complementada con descripciones morfológicas y ecológicas generará información que permita saber si existe plasticidad fenotípica.