Bahía Málaga es hábitat de una gran diversidad de flora y fauna terrestre y marina, que alberga los únicos arrecifes coralinos del Valle del Cauca, en el Pacífico colombiano. Además, es uno de los lugares con las más altas tasas anuales de alumbramiento de ballenas jorobadas en el mundo, pues estos cetáceos llegan a la bahía en busca de someras y cálidas aguas para su temporada de reproducción, desde los primeros días de junio hasta finales de noviembre. Durante esa temporada las jorobadas llevan a cabo actividades fundamentales en su ciclo de vida: apareamiento, parto, lactancia y crianza, reposo y socialización. Todas ellas requieren ambientes sin o con mínima perturbación, especialmente en lo referente a emisiones sonoras, pues la comunicación por este medio es primordial en esta especie (Flórez González et al., 2007). Esto último ha convertido el ecoturismo de observación en una amenaza para las ballenas, pues en los últimos años se ha intensificado esta actividad, especialmente en Málaga, generando que los cetáceos cada vez se alejen más de la costa (Falk et al., 2004). Por lo tanto es importante conocer además la calidad del agua marina de la zona, información que recolecta cada año la Red de Vigilancia para la Conservación y Protección de las Aguas Marinas y Costeras de Colombia – REDCAM (Garay et al., 2001). Dada la importancia de Bahía Málaga como refugio para las ballenas jorobadas y el estado de conservación en el que se encuentra mundialmente esta especie, catalogada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como especie vulnerable (Flórez González et al., 2007), nace el interés de analizar la calidad ambiental del agua de la bahía como hábitat para este cetáceo y el impacto del ecoturismo sobre esta especie en el Pacífico colombiano.