Son dos las problemáticas complementarias que ocuparán al grupo de estudio en el análisis de Sobre verdad y mentira en sentido extramoral. 1. La problemática central atañe directamente a la concepción nietzscheana de la verdad. Ha de determinarse con exactitud (a) qué concepción de la verdad es exactamente la que Nietzsche hace objeto de su crítica en SVM y (b) desde qué concepción positiva de la verdad y con qué medios argumentativos o retóricos podría Nietzsche estar realizando su crítica a la concepción tradicional de la verdad. a. No cabe duda de que Nietzsche cuestiona una cierta versión de ¿la verdad como correspondencia¿. Al hacerlo no busca entrar en polémica con alguna teoría filosófica de corte académico sino problematizar la concepción de la verdad que podría presumirse implícita en nuestra forma corriente de juzgar. Se tiene asimismo la clara impresión de que junto con su crítica de dicha concepción de la ¿verdad como correspondencia¿ Nietzsche rechaza un cierto tipo de realismo (igualmente propio del sentido común), adoptando por su parte, en forma explícita, una posición que él mismo llega a calificar de ¿idealismo¿ (SVM, p. 48). Pero ¿es el ¿idealismo¿ de Nietzsche un idealismo radical al punto de oponerse a toda forma de realismo? Al tenor de estas preguntas, la investigación debe intentar definir el alcance preciso de la crítica del joven Nietzsche y ha de sopesar seguidamente, con base en dicho intento, hasta qué punto la posición de Nietzsche respecto de la verdad lo podría comprometer con una posición relativista. b. Por otro lado, asumiendo una tarea más compleja, la investigación debe intentar identificar la concepción de la verdad desde la cual Nietzsche realiza su crítica y la forma como la realiza. ¿Es la concepción positiva de la verdad en SVM una concepción pragmática o una concepción convencionalista o una concepción coherentista de la verdad o, simplemente, una nueva variante de la concepción de la verdad como correspondencia? Puesto que Nietzsche no hace una presentación expresa de una concepción alternativa de la verdad (en el sentido de proponer una redefinición, o mejor sería decir, una reforma de lo que haya de ser de facto adoptado como verdad) sino a lo sumo realiza la tentativa de dar una explicación distinta de por qué llamamos verdadero lo que tradicionalmente hemos llamado verdadero (en el sentido de proponer una redescripción), la tarea en cuestión no puede resolverse examinando tales o cuales pronunciamientos teóricos, explícitos del autor sino, acaso, analizando directamente su praxis argumentativa o expositiva y los presupuestos que podrían estar implícitamente sustentándola. Surge aquí la delicada cuestión referente al papel que podrían estar jugando dentro del escrito recursos de orden retórico y literario, los cuales parecen insinuarse como recursos inevitables una vez que se abandona en la práctica la concepción de la verdad por él criticada. Entre dichos recursos la metáfora vendría a jugar un papel sobresaliente y no parece ser una simple casualidad que el concepto mismo de metáfora aparezca jugando un papel igualmente sobresaliente en la redescripción (y en la consecuente revaloración) de lo que proclamamos verdadero: ¿¿Qué es la verdad? Un ejército móvil de metáforas, metonimias ¿¿ (ibíd. p. 45). En torno a la radicalidad (en teoría y práctica) de la crítica de Nietzsche a la verdad y al realismo existe de tiempo atrás una intensa controversia entre los intérpretes quienes se debaten entre la apreciación de que Nietzsche mismo se mantiene después de todo dentro de los límites de una concepción tradicional de la verdad (ej. Heidegger, Kaufmann, Clark) y quienes, por el contrario, piensan que ya el joven Nietzsche rompe en forma harto radical con esta concepción (Derrida, de Man, Kofman). Pero el problema va más allá: no se trata tan sólo de determinar qué concepción de la verdad es objeto de la crítica de Nietzsche, y desde qué punto de vista realiza esta crítica, Puede incluso puede plantearse la posibilidad de que aquí Nietzsche esté realizando una labor meramente negativa y que sus textos deban abordarse desde esta perspectiva como una invitación a deconstruir los presupuestos de la metafísica a partir de un permanente e interminable juego con el lenguaje. Así, puede verse que, en relación con este problema, la discusión sigue abierta entre tres posiciones aparentemente irreconciliables: una que insiste en la contradicción entre teoría y práctica (Nietzsche estaría reclamando para sí la misma validez que está poniendo en cuestión), otra que no encuentra ninguna contradicción (Nietzsche se limitaría a criticar una concepción de la verdad o bien desde otra concepción, o bien ¿desde adentro¿, desde los supuestos mismos de esa concepción, subvirtiéndola) y finalmente otra para la que la formulación de la contradicción no tiene sentido (en su crítica Nietzsche no pretendería defender ningún significado de verdad, sino poner en movimiento el juego con el lenguaje). 2. En segundo lugar el proyecto se propone establecer de qué manera la crítica de Nietzsche al concepto de la verdad comporta una reinterpretación y una revaloración de las diferentes esferas del conocimiento y de la cultura tales como la metafísica, la ciencia, la moral, el lenguaje, la retórica, el arte, el mito. De especial importancia es la tarea de determinar con ayuda de SVM y su concepción de la verdad cuál es la tarea que Nietzsche adjudica en este período a la filosofía como instrumento en la renovación de la cultura en su integridad. Dentro de este segundo círculo de preocupaciones merecen particular atención las implicaciones críticas que la concepción nietzscheana de la verdad tiene para la posición de dominio irrestricto que la ciencia reclama para sí dentro de la cultura moderna. Nietzsche se anticipa en este respecto a las tesis (hoy ya difundidas) acerca de la historicidad del conocimiento científico. Esta reinterpretación del papel de la ciencia va de la mano con una reinterpretación del arte y su papel dentro de la vida de los hombres. Interesa ver hasta qué punto esto tendría relación con la superación, muchas veces asumida, de la estética del espectador (de la contemplación estética) por una estética del artista (del acto creador), que traslada al arte del ámbito de la mera contemplación al ámbito de la vida. Así, en relación con la crítica de Nietzsche a la verdad y a la ciencia como su poseedora, habría que determinar a qué concepción del arte se encuentra vinculada esta crítica. El arte parecería concebirse, en un sentido amplio, como la capacidad para inventar continuamente nuevas interpretaciones, pero esto aún tendría que ser puesto a prueba a partir de la lectura de otros textos contemporáneos a SVM. Finalmente, toda esta reflexión está ligada a una nueva concepción de la filosofía como crítica de la cultura, que tiene repercusiones sobre todos los otros ámbitos de la vida y la manera de concebir el lenguaje, la moral y la política.