Un país de vocación agropecuaria como Colombia posee un potencial importante para incrementar la participación del sector productivo en la economía de la nación, sin embargo, a pesar de contar con condiciones geo-climáticas ideales y altas tazas de producción, una de las principales limitaciones recae en el control de la contaminación química y biológica de los alimentos derivada del impacto de la industrialización de la cadena agropecuaria. El control de sustancias empleadas en la cadena de producción puede dejar residuos en el producto final y su control resulta imperativo en relación a aspectos de protección al consumidor ya que la inocuidad química se destaca como un riesgo notable en la política de seguridad alimentaria y salud pública en Colombia y a nivel internacional. Indudablemente, el empleo de antibióticos para el control de diferentes enfermedades en las granjas avícolas va de la mano con una producción más eficiente en términos de salubridad. Su uso es algunas veces indiscriminado y está relacionado al uso de medicamentos antibióticos con fines terapéuticos para tratar o prevenir infecciones y como promotores de crecimiento. Los gobiernos han sido llamados a promover la reducción de la necesidad del uso de antimicrobianos en animales y emplear otras alternativas como promotores de crecimiento, establecer la vigilancia de su uso y la resistencia bacteriana asociada, para así desestimular el uso y su afectación en la salud humana. La OMS desarrolló directrices sobre el uso veterinario de medicamentos antibióticos macrólidos ya que son de importancia crítica para la medicina humana, pues constituyen uno de los pocos o el único tratamiento disponible para tratar infecciones humanas que pueden ser causadas por bacterias que pueden ser transmitidas a los humanos. Hasta la fecha, en Colombia las investigaciones referentes a la determinación de residuos de antibióticos macrólidos en material de origen animal son escasas, por lo que resulta de suma importancia el desarrollar y validar metodologías analíticas que permitan identificar y cuantificar la presencia de residuos antibióticos en este tipo de alimentos empleando una herramienta que, además de la contar con la sensibilidad necesaria para cumplir requerimientos normativos, tenga tal grado de selectividad que permita la extracción de información estructural de los compuestos. Este tipo de tecnologías altamente selectivas están apoyadas del uso de espectrometría de masas de alta resolución para lograr una identificación inequívoca en matrices complejas. En 2019, un meta-análisis se enfocó particularmente en residuos de antibióticos en carne de pollo de engorde en países en desarrollo y se observa que los tipos de ensayos más ampliamente usados carecen de la precisión necesaria para asegurar resultados consistentes entre estudios de manera transversal y textualmente indica que se requieren protocolos de análisis cuantitativo de alta precisión. Por el contrario, el analisis a través del uso de espectrometría masa de alta resolución LC-HRMS Orbitrap, como el usado en el análisis de residuos de plaguicidas, cuenta con múltiples criterios de identificación y confirmación en un solo análisis lo que incrementa drásticamente en nivel de certeza y fiabilidad de los hallazgos encontrados.