Los pueblos originarios de la Amazonía colombiana han desarrollado conocimientos sobre la naturaleza que los rodea, los que han incorporado en sus prácticas culturales en la sobrevivencia, la salud y la educación. Para sobrevivir, aprendimos qué plantas y frutos servían y cuáles no; qué fibras se usaban para darle un uso; cómo cazar o pescar (Pardo de Santayana et al. 2012). Este conjunto de conocimientos surgió a partir de la curiosidad, exploración y experimentación de la naturaleza por medio de la capacidad de observación de la especie humana. Todos estos aprendizajes, experimentos y prácticas, se transmiten oralmente de generación en generación (Sistema tradicional de conocimiento), se almacena, se enriquece y así surgió la cultura (Verde et al. 2008).
Los humanos hemos sido agentes activos en la modificación positiva y negativa de ecosistemas naturales que han afectado la dinámica de la biodiversidad. No toda la acción humana es perjudicial para la biodiversidad, existen ejemplos de agroecosistemas de manejo tradicional, como las chagras que combinan la producción con el mantenimiento de la diversidad biológica, desde el punto de vista biológico y de práctica cultural a través de los tiempos del calendario ecológico que manejan comunidades indígenas en la selva. Este aprovechamiento sostenible ha permitido una convivencia ejemplar entre el hombre y la naturaleza. La gestión tradicional de los ecosistemas permite que la fauna y flora silvestre perduren. Este modo de manejo ha contribuido a la generación y conservación de la diversidad biológica (Pardo de Santayana. 2012).
La Amazonia es el hogar de una enorme diversidad sociocultural y biológica de poblaciones nativas. Los grupos indígenas del medio Amazonas Colombiano mantienen una relación de cuidado y agradecimiento con la naturaleza debido a la oferta de recursos que obtienen de ella, por lo que su presencia en estas regiones ha permitido la conservación y diversidad de este ecosistema, gracias al aprovechamiento sostenible de los recursos naturales que practican y fundamentan en sus creencias y narraciones. Integrar la etnobiología, teniendo como objetivo el estudio de las formas alternativas de conocimiento, desafía el concepto de conocimiento impuesto por las ciencias modernas. Explorar el conocimiento originario de los pobladores amazónicos permite una interrelación entre los mundos natural, social y simbólico. Dentro del sistema de pensamiento de los indígenas, se considera la Amazonía como un ser viviente y su salud está ligada a procesos ecológicos con ritmos y ciclos. Este equilibrio hombre-naturaleza se ve reflejado también en su cosmovisión, en donde utilizan animales y plantas, para representar los valores, sentimientos, actitudes y diferentes características de la naturaleza humana.
Este proyecto involucra un trabajo multidisciplinario de profesores de dos grupos de investigación: de la Sede-Amazonía y de la Sede Bogotá, además involucra el trabajo con dos grupos indígenas: los Nipodimaki (antes conocidos como Uitoto Nipode) y los Fê:neminaa (antes conocidos como Muinane) del medio Amazonas, en la búsqueda de salvaguardar y resignificar la memoria histórica de sus lenguas, sus narraciones, sus prácticas sociales y culturales. El equipo realizará un proceso investigativo y participativo con los dos pueblos indigenas. Los grupos muinane, hoy autodenominados Fê:neminaa, buscan con el proceso continuar fortaleciendo la memoria sobre la lengua a partir de estrategias pedagógicas resultado de esta investigación. Por otro lado, realizaremos una determinación de la biodiversidad de fauna (anfibios, reptiles, aves y artrópodos) presentes en la región de Araracuara. La información obtenida se socializará a los miembros de las comunidades indígenas mediante materiales como una propuesta ilustrada por los mismos coinvestigadores de la región del medio Amazonas, presentando información biológica, etnobiológica y cultural asociada a algunos ejemplares de faun |