Se hizo una estimación tridimensional de la estructura de velocidades de la onda P del volcán Galeras hasta aproximadamente unos 8 km de profundidad con respecto a la cima mediante una tomografía sísmica local pasiva. Se invirtieron 7,668 primeras llegadas de la onda P de 1,183 sismos volcano-tectónicos seleccionados por calidad y registrados por la red de estaciones sísmicas dispuestas para la vigilancia volcánica por el Servicio Geológico Colombiano - Observatorio Vulcanológico de Pasto (SGC- OVP) entre 1989 y 2009. Los eventos sísmicos se asocian a fracturas de tensión o cizalla en la roca sólida en respuesta a presiones inducidas por el movimiento de magma. Esencialmente se revelan dos zonas de bajas velocidades y dos zonas con altas velocidades. Las anomalías de bajas velocidades se encuentran localizadas al WNW y SE del cráter y podrían estar asociadas con regiones anómalas geotérmicas, donde no existe suficiente fragilidad para generar fracturas. La naturaleza superficial de estas zonas sugiere que podrían obedecer a sistemas hidrotermales con remanentes de magma no solidificado. Debajo del cráter activo del volcán Galeras, se destaca una anomalía de alta velocidad que define una estructura en forma de una columna vertical hasta unos 4 km de profundidad y que se corresponde con una zona donde ocurre una actividad sísmica de hipocentros fuertemente agrupados y alineados. Nuestra hipótesis es que esta estructura corresponde a un sistema de conductos o fracturas que son el camino para el ascenso de magma desde niveles más profundos (> 8 km) hasta la cima. Hacia el NE del cráter activo y justo por debajo (4-6 km de profundidad) de la intersección de los trazos superficiales de las fallas Silvia-Pijao y Buesaco, coincide con anomalías de alta velocidad (aproximadamente 4.5 km/s). Estas velocidades, que son concordantes con las observadas en magmas andesíticos solidificados o con cuerpos rígidos de rocas metamórficas, corresponden a una región donde también se obse |