--El uso de organismos vivos como agentes de control de las poblaciones de los artrópodos fitófagos es actualmente una de las opciones más efectivas y viables para el manejo de diferentes plagas en los sistemas productivos agrícolas. Los escarabajos polífagos están presentes en la mayoría de los agroecosistemas y frecuentemente depredan muchos artrópodos nocivos para los cultivos (Holand y Luff, 2000), Según Östman (2001) su condición en los sistemas agroproductivos puede ser fuertemente influenciada por la estructura del ecosistema circundante y de la complejidad del paisaje, razón por la cual es importante conocer la diversidad de especies polífagas típicas de ciertas zonas agroecológicas que pueden ser agentes potenciales para el control y manejo de los organismos plaga que afectan la productividad de los sistemas agrícolas. El efecto que tienen los escarabajos polífagos en el control de las poblaciones de artrópodos plaga asociados a los cultivos, justifica ampliar la búsqueda de organismos que puedan incluirse en los programas agronómicos para el manejo integrado de plagas. Un ejemplo de algunos organismos que desempeñan funciones importantes como agentes naturales para el control de plagas son los escarabajos de tierra pertenecientes a la familia Carabidae . Holand y Luff (2000) encontraron que los insectos pertenecientes a esta familia tienen una dieta variada que incluye entre otros, a varios organismos fitófagos y representan uno de los grupos más numerosos y diversos de artrópodos benéficos en los agroecosistemas, contribuyendo al control de plagas y haciendo parte de la cadena trófica de las aves presentes en los sistemas productivos. A pesar de que se pueden presentar un gran número de especies de insectos en los agroecosistemas se han identificado pocas que puedan emplearse en sistemas integrados para el manejo de plagas, y con las practicas agroindustriales intensivas, la biodiversidad local de especies en los ecosistemas puede verse fuertemente afectada. La simplificación de los ecosistemas ocasionada por la intensificación de las prácticas agrícolas puede reducir los servicios ambientales que los escarabajos polífagos prestan, específicamente las especies biocontroladoras, debido a la disminución de la biodiversidad en el ambiente (Tscharntke et al. 2005). La biodiversidad puede mejorar el funcionamiento de los agroecosistemas cuando las especies se suman Y ocupan su lugar en el nicho agroecológico. Según Tscharntke (2005) Los servicios ambientales potenciales que ofrecen las diversas especies de insectos, son variables y dependen del efecto de la población de organismos en el ecosistema, por lo que comprender la biodiversidad de organismos en la región aumenta la probabilidad que la acción de esta especie mejore el funcionamiento del sistema productivo. Los cultivos agrícolas son sistemas susceptibles a la colonización de diferentes especies de artrópodos nativos benéficos o perjudiciales, y aunque su población puede resultar comparativamente baja en las unidades productivas agrícolas, provienen de la región en la que se desarrolla la actividad productiva. Como la diversidad local es una función de la diversidad regional (Holt y Gaston, 2002), la realización de muestreos, capturas, recolecciones y esquemas agro- ambientales espacio temporales, proveen además de un incentivo para la preservación de la biodiversidad en lo agroecosistemas, la oportunidad de generar información sobre los diferentes organismos que pueden representar un beneficio para los productores, al intervenir en el proceso productivo como agentes biocontroladores de artrópodos plaga.