Propongo este proyecto como una reflexión visual y artística en torno a la figura del ARBOL URBANO en el contexto del campus de la Universidad Nacional. Quiero generar perspectivas dislocadas de nuestra experiencia urbana contemporánea; considero que la fotografía es una suerte de lenguaje común muy apropiado para la generación de ese tipo de extrañamientos y quiebres en la percepción de dicha experiencia. Frente el ritmo vertiginoso de la vida urbana, esta idea constituye una estrategia artística en si misma, capaz de suscitar un sentido tanto crítico como poético del entorno que vivimos cotidianamente. El interés por el árbol urbano gira en torno a dos núcleos fundamentales: 1. la experiencia temporal del árbol como dislocación de nuestra propia experiencia 2. una necesidad contemporánea de renovación de la relación entre la naturaleza y la cultura. El núcleo de la experiencia temporal se refiere a un tiempo de proporciones mucho mas extensas que el nuestro. Ese es el tiempo del árbol, inamovible, sereno, sobrio y sabio. Un tiempo que aunque cotidiano, para el ser humano el solo hecho de intentar concebirlo es ya una suerte de meditación: existen por ejemplo árboles en el campus que son más viejos que la misma universidad, seres vivos que ya estaban allí en el momento construcción del Estadio y de los primeros edificios, y que han habitado ese mismo lugar en aparente calma, cada uno de los días y noches de todas estas décadas. Estas ideas están en estrecha relación con el papel que desarrolla lo fotográfico como maquina primordial del tiempo en nuestra cultura. Es la fotografía la que ha desarrollado la idea del instante durante su historia, pero también la que ha contrbuido a la fragmentación visual del tiempo, la que originó una visión maleable del tiempo que deriva en el cine y del video. En este proyecto quisiera hacer confluir esta amplia reflexión sobre el tiempo jugando con la idea del tiempo del árbol urbano y del tiempo fotográfico. El otro núcleo de reflexión parte de la convicción de que en nuestro momento histórico experimentamos una crisis de la relación entre naturaleza y cultura. Probablemente no existe hoy en el planeta un ecosistema que no haya sido afectado o intervenido de alguna manera por la acción humana. El alcance de nuestra especie sobre el medio ambiente y el papel que la tecnología desempeña en nuestra vida han creado en nuestra cultura la sensación y la creencia de que el hombre ha logrado establecer una relación de dominio sobre la naturaleza. Esta creencia se encuentra en la base de comportamientos altamente destructivos y predadores que ya comienzan a presentarse en el mediano plazo como un peligro para nuestra propia supervivencia. Este contexto de reflexión ha puesto en crisis nociones tradicionales del arte en su aproximación a la naturaleza, como por ejemplo las nociones de lo sublime que caracterizaron un interés pictórico por el paisaje en los siglos XVIII y XIX. En este sentido la reflexión visual que propongo parte del papel del campus de la sede bogotá y de su propio carácter de corredor ambiental al interior de la ciudad. Considero que este carácter del campus lo sitúa como una plataforma especial en este intento de redescubrir e intentar redefinir nuevas formas de entender la presencia de la naturaleza en el contexto urbano de la sociedad actual. Estos dos núcleos de reflexión conforman un reto creativo: lograr coherencia visual en la intuición sobre el árbol urbano en la ciudad blanca y sumergir al espectador en el tipo de experiencia de observación reverente y meditativa que vengo realizando del árbol urbano. Es en este sentido que el uso del dispositivo fotográfico me permite una aproximación al tiempo ancho y augusto del árbol: los tiempos muy largos de exposición (entre los 30 segundos y 6 o 7 horas) constituyen la forma de experimentación plástica apropiada en el contexto de esta propuesta.