En la última década la fruticultura es un sector que ha crecido por encima de otros del agro colombiano y de él dependen muchos pequeños productores, comercializadores y procesadores. Esta dinámica se ha dado a pesar de que se desenvuelve en un contexto muy desfavorable. La falta de información sobre las relaciones clima-suelo-planta que permita una respuesta técnica adecuada a la acentuación del cambio climático, a la mejora de la calidad y durabilidad de las frutas y al uso sistémico de materiales y residuos que maneja la cadena, son problemas que se de deben superar para garantizar la competitividad y productividad del sector frutícola.
Partiendo de experiencias exitosas previas, el grupo de alimentos frutales en alianza con la empresa Akis y el Sena pretenden continuar aportando a productividad y a la cadena de valor de los frutales mediante la generación de información y conocimiento de los requerimientos reales de agua de los cultivos, que permitirán la implementación del fertirriego y, a mediano plazo, de otras técnicas de agricultura de precisión. Otras contribuciones del proyecto a la competitividad de las cadenas frutícolas incluyen las medidas de calidad de la fruta obtenida con bajo estrés hídrico, y el desarrollo sustentable de nuevos productos e ingredientes alimentarios y no alimentarios mediante el aprovechamiento integral de la fruta, de la biomasa de los cultivos y de subproductos de algunos de sus procesos de transformación. |