A lo largo del tiempo el blanqueamiento dental ha tenido un auge importante en la sociedad, aumentando su práctica diaria por los profesionales de la salud oral, ese uso frecuente de agentes blanqueadores ha generado diversos estudios de los beneficios y de las consecuencias de la utilización de estos. Los peróxidos de hidrogeno son uno de esos agentes blanqueadores de mayor uso, generando su acción a partir de una reacción oxi-reducción de las especies reactivas de oxígeno y algunos radicales libres liberados por la degradación del ataque del agente blanqueador, las moléculas de cromóforo que dan el color oscuro presente en los tejidos dentales son divididas en partes más pequeñas, quedando más moléculas difusibles, menos color y, de esta manera se recupera la alteración cromática de los tejidos dentales; la degradación generada en el esmalte dental provoca daños en su superficie de unión, microdureza, en la composición química, cambios en la resistencia tensil etc. Es por este motivo que se crea la necesidad de la utilización de diferentes sustancias remineralizantes que ayudan a que se genere menos degradación en el esmalte; una de ellas es el fosfato de calcio amorfo el cual consiste en un sistema de suministro de iones de calcio y fosfato libremente disponibles, que interviene en el balance que sufren los tejidos dentales de desmineralización y remineralización, al expulsar calcio e iones de fosfato, previniendo caries o remineralizando las incipientes. |