La biodiversidad es un elemento fundamental en las agendas de investigación de los todos los países debido a los múltiples servicios ecosistémicos que provee a los seres humanos y de los que depende la sobrevivencia de nuestra especie. Los repositorios que albergan la biodiversidad para su compresión son las colecciones biológicas que de forma pausada atestiguan la ocurrencia espacial y los cambios temporales que pueden darse en la biodiversidad por alteraciones antrópicas o naturales. Las colecciones son fundamentales en el desarrollo de investigaciones encaminadas a incrementar el conocimiento en múltiples áreas como la ecología, taxonomía, evolución, epidemiologia, y ciencias agropecuarias y ambientales. Esos aportes contribuyen a entender aspectos funcionales de los ecosistemas planetarios, lo que a su vez provee información que idealmente permite tomar decisiones para minimizar el deterioro de los servicios ecosistémicos y la pérdida de biodiversidad con las posibles consecuencias que eventualmente afectaran negativamente a las sociedades humanas. Colombia es un país megadiverso, condición que promueve nuestro orgullo pero que a su vez implica la responsabilidad de generar acciones para conocer, proteger y hacer un uso cauteloso de esa riqueza biológica. A pesar que el sistema de biodiversidad nacional se ha fortalecido en años recientes, también es cierto que existe incidentalmente un enfoque diferencial a nivel de las regiones del país en cuanto a que tanto se ha documentado su biodiversidad (Arbeláez-Cortés, 2013). En el caso de la Orinoquia, hasta hace 35 años esta región recibía poca atención por parte del Estado colombiano, posiblemente porque no aportaba mucho a la economía del estado y por tener, en general, una configuración del paisaje donde predominan los ecosistemas de sabana. Sin embargo, esto cambió radicalmente con los hallazgos de recursos minero energéticos que posicionaron a la región en un renglón importante para la economía del país. Aun así, otro factor que ha limitado la investigación en recursos biológicos ha sido relativamente reciente y limitada por el orden público y el aislamiento geográfico. Dada su amplia extensión geográfica (22 % de territorio nacional; Rippstein et al. 2001) aún hay mucho por conocer y comprender acerca de su biodiversidad y el funcionamiento de sus ecosistemas. En aras de promover el conocimiento de la biodiversidad regional la Sede Orinoquia creo dos colecciones biológicas en 2012, una botánica y una entomológica. Actualmente las colecciones cumplen de manera juiciosa los estándares de calidad nacional e internacional, han contribuido a generar conocimiento, formación de estudiantes y han recibido interés de botánicos y entomólogos que han visitado sus instalaciones para apoyar con la identificación taxonómica de los especímenes depositados. Mantener las colecciones, fortalecerlas y garantizar su existencia a largo plazo es fundamental para contribuir a la generación de conocimiento científico de la diversidad regional que podría contribuir a la toma acertada de decisiones respecto al uso de los recursos de la Orinoquia. Esta propuesta busca fortalecer simultáneamente la Colección Entomológica de la Orinoquia (CEO) y el Herbario Orinocense (HORI) de la Sede Orinoquia de la Universidad Nacional de Colombia.