Presenta la estudiante: Magreth Batista Zapata: El cuerpo recoge sobre la piel la biografía de nuestra vida. A través de ella, podemos ver lo que hemos vivido, lo que nos ha marcado, podemos descifrar las huellas que quedan en el tiempo y de los espacios. Suelo pensar en rastrear en la piel las marca que ha dejado el contexto en las personas,como ese otro lenguaje que se ha inscrito en el cuerpo y en el alma , que ha cambiado la forma de verse, reconocerse y de percibir el espacio, esas huellas que se marcan en el territorio, que hablan de una idiosincrasia, de una estética de las personas,de los lugares y objetos que se relacionan con ellos y con su cuerpo marcado. Me interesa el contexto que ha vendido una imagen de cuerpo, que a vendido una imagen de poder, una imagen de violencia ,una imagen de cotidianidad, una imagen de feminidad, que no es necesariamente, la real, sino que ha sido mediatizada y tatuada en el subconsciente de las persona. Un subconsciente herido, por un contexto que hiere a las personas que hiere sus vidas, sólo en el título se puede ver esas marcas imperceptibles pero inmanentes en los seres, esas marcas de origen de raíz , esas que yacen en lo más profundo,que quieren cerrarse y se recubren, para ser impermeables, pero que sangra y late en su interior, el recuerdo se vuelve tiempo y espacio con nombre. Son las marcas del tiempo, heridas subcutáneas y cicatrices cutáneas, son las marcas de la vida que se detienen en el tiempo y capturan por un instante un recuerdo,es la cicatriz inmortal pero anacrónica en ese cuerpo donde pierde su temporalidad, cuando se revive en recuerdo que duele en la piel que se marca, y levanta un colosos, con memoria de dolor.