Actualmente se presenta a nivel mundial una perdida generalizada de la agrobiodiversidad debido a factores agronómicos, económicos, sociales y culturales. Muchas especies han perdido progresivamente importancia y desaparecido de los mercados locales; especies que anteriormente eran populares y que hoy en día no son apreciados por los productores convencionales y los consumidores, han quedado en un estado subutilizado, infrautilizado u olvidado. Pese a la gran presión que favorece está perdida, existe una capacidad de persistencia por parte de las comunidades que desarrollan la agricultura agroecológica buscando preservar estas especies por su aporte en la resiliencia de los sistemas diversificados, ofreciendo ventajas en tierras marginales, por su valor cultural y contribución a la recuperación de la tierra. Estas especies son aprovechadas en algunos casos de forma práctica por los agricultores, pero poco conocidas en el ámbito académico y por pobladores de las zonas urbanas, quienes las dejaron en el olvido o en el recuerdo de sus ancestros. En el Valle del Cauca, quienes se han encargado de mantener esta agrobiodiversidad en sus fincas y la preservación de las semillas, han sido especialmente los agricultores familiares agroecológicos y los custodios de semillas, articulados en una organización de segundo nivel llamada Red de Mercados Agroecológicos Campesinos del Valle del Cauca (REDMAC). A pesar de esto, existe una enorme variedad de estas especies que aún no se conocen sus propiedades y/o no son comercializadas en los mercados por su baja demanda. Por la anteriormente mencionado se hace necesario profundizar en el estudio de las potencialidades nutricionales, nutracéuticas y agroindustriales de algunas especies subutilizadas presentes en fincas agroecológicas en el Valle del Cauca, con el interés de contribuir en el rescate de estas por medio de la visibilización de sus propiedades al dar a conocer su aporte en la seguridad y soberanía alimentaria, además de estudiar la posibilidad de alargar la vida útil, dar un valor agregado y contribuir a la generación de ingresos por la venta de los productos frescos o transformados. La fase metodológica se realizará en tres etapas, en la primera se llevara a cabo un trabajo de concertación con la comunidad y mediante el uso de métodos de investigación participativa serán identificadas las especies, las formas tradicionales de manejo, usos y transformación y la importancia de estas para las familias. En la segunda y con participación de las familias campesinas, se seleccionaran algunas especies para realizar análisis fisicoquímico, determinación de polifenoles totales, capacidad antioxidante y carotenoides y posteriormente se desarrollarán prototipos de alimentos transformados evaluando sus características sensoriales para determinar la aceptabilidad del producto. Por último se propondrán estrategias de apropiación social de conocimiento que contribuyan a la conservación y manejo de las especies por parte de los agricultores y los consumidores.