En los últimos años se ha reconocido mundialmente la problemática causada por especies invasoras, que amenazan la salud ecosistémica y la biodiversidad. El pez león, Pterois volitans, una especie ornamental popular originaria del Pacífico occidental, fue visto por primera vez al sur de la Florida en 1985. A partir de 2000 se ha dispersado y establecido en la costa este de Estados Unidos, Bermudas, las Bahamas, y desde el 2007 se ha expandido por todo el Caribe, registrándose en localidades oceánicas y continentales de Colombia en 2008 y 2009, respectivamente. Es un depredador voraz de peces juveniles arrecifales con un gran potencial negativo sobre la diversidad y pesquerías que hasta ahora se comienza a entender. Representa un eventual peligro para buzos, turistas y pescadores debido a sus largas espinas venenosas, una especie invasora altamente perjudicial que debe ser eliminada de los arrecifes colombianos. Dado que la invasión al Caribe oceánico colombiano es reciente, la isla de San Andrés permite profundizar en el conocimiento de los diferentes aspectos de esta invasión. Así mismo se constituye en un experimento natural para entender como se comporta una población cuando coloniza un nuevo lugar. Por esto, conocer la abundancia, estructura de tallas y preferencia de microhábitat en el ambiente particular del Caribe insular colombiano, así como conocer la composición y abundancia de la ictiofauna acompañante, permitirá estimar el potencial efecto deletéreo sobre la comunidad arrecifal nativa, además de brindar información importante acerca de algunos aspectos de la población hacer aproximaciones válidas a estrategias que mitiguen el efecto deletéreo de este invasor. Igualmente, la bien conocida importancia ecológica del mosaico manglar-pradera-arrecife y, debido a los recientes reportes de pez león en los manglares del Caribe continental colombiano, se hace urgente monitorear y documentar la presencia o no del invasor en este hábitat.