El relato es la narración del trayecto del deseo de un sujeto configurado por su tarea y su Objeto. Un discurso audiovisual se construye con funciones y acciones (operaciones dilatorias que actualizan y demoran la resolución), con miradas y puntos de vista; una enunciación donde aflora el sujeto y apunta al sentido, cargándolo de dimensión simbólica. La Dimensión Simbólica, que es Dimensión del Sujeto articula tres registros: a) el Semiótico, hecho de lenguaje como discurso que trasmite mensajes; b) el Imaginario, imágenes, figuras ya no signos, que fundan la deseabilidad y se sustentan en un juego de analogías antropomórficas; y c) lo Real, la base material cinematográfica compuesta de luz y sombra, la huella fotográfica que se resiste a la inteligibilidad, que está más allá de la imagen y de la significación; lo que Freud llamó el ombligo del sueño, o W. Benjamín El punto óptico o el punto de ignición, en términos de Jesús González Requena. Lo que interesa es el espacio de experiencia, aquel que no es objeto de cambio, sino de uso y que aflora como juego de la mirada y el deseo en el análisis textual o lectura del film. |