Este trabajo pretende indagar en la rabia femenina desde la relación con la madre y el linaje femenino. Esta es una lucha que es llevada a la pista de baile y viene desde un malestar que atraviesa generaciones. Desde allí se articula la pregunta por la voz, el sonido, el espacio y el cuerpo para denunciar, protestar y quejarse.
Aparece el agua en sus diferentes estados en relación con la fuerza del cuerpo y de la presencia. El agua es a veces serena, contemplativa, acogedora, tibia, profunda. A veces llena de ominosidad, de inquietante extrañeza, a veces violenta, voraz, intempestivo, triste, abierta, indomable. Hay una pregunta por navegar esas mareas.
Aparece la figura de la sirena, seductora, atrayente, envolvente, encantadora y a la vez extraña, inquietante y monstruosa. Desde allí se investiga la voz, el sonido y la imagen. |