El cambio, desarrollo y evolución de las expresiones que concibe el diseño, tales como su inmersión en los medios de comunicación y de enseñanza; el diseño dentro de los esquemas de codificación del entorno físico y virtual; el diseño como agente mediador de procesos tecnológicos y ambientales; así como otras muchas expresiones que crecen con el hacer y pensar en diseño, permiten reconocer modelos de cambio que suceden en dinámicas sociales, y así mismo, evidenciar ventajas significativas donde estos dos actuantes -diseño y sociedad- se benefician al estar relacionados. La evolución de nuevas expresiones del diseño, no sólo conllevan a re pensar las formas de generación en el universo construido, sino que también, promueven el desarrollo de diversos escenarios de interacción donde se encuentran inmersos los objetos, los espacios y las personas. De otra parte, es necesario reconocer que existen modelos sociales de evolución paulatina y atados a una territorialidad, sin embargo, la concepción de sociedad puede ser trabajada más holística e incluso hasta cierto punto ubicua. Sin embargo, una de las grandes deficiencias entre estas dos situaciones, es su relación recíproca. Reconocer que la sociedad tiene sectores de población vulnerable hace necesaria la generación de modelos y desarrollos específicos de diseño para adaptarse a las dinámicas, disminuyendo el rezago generado por múltiples situaciones de orden político, económico, cultural, social, etc y aportando en conocimiento a sectores de la población que más lo necesitan. De esta manera, el diseño es una disciplina que promueve el desarrollo de proyectos, pensados para el desarrollo y la reconstrucción de modelos sociales vulnerables, a partir de diferentes estrategias como pueden ser la promoción de modelos del uso de energías renovables, la inclusión social, la reconstrucción del tejido humano, entre otras muchas posibilidades.