Las bacterias han evolucionado en forma acelerada adaptándose a los cambios que generan su medio ambiente y principalmente al uso indiscriminado e irracional de antibióticos. Esta evolución ha forzado a la industria farmacéutica a desarrollar nuevos antibióticos y al personal de salud a rediseñar estrategias epidemiológicas para detenerlas. Inicialmente las bacterias fueron capaces de sintetizar betalactamasas, enzimas hidrolíticas capaces de destruir e inactivar los antibióticos betalactámicos. Posteriormente se desarrollaron nuevos antibióticos que fueran resistentes a las betalactamasas pero una vez más con sus mecanismos adaptativos las bacterias desarrollaron otro tipo de betalactamasas, esta vez capaces de inactivar las oximino cefalosporinas (ceftazidima, cefotaxime y ceftriaxona) denominadas de espectro extendido conocidas por la sigla BLEE que además les confieren resistencia cruzada a múltiples antibióticos. Existe la hipótesis que la colonización del tracto gastrointestinal es un factor de riesgo para presentar infección por microorganismos productores de BLEE, sin embargo, esta condición no ha sido suficientemente estudiada y la evidencia es pobre. En la Fundación Hospital de la Misericordia, que es un hospital pediátrico universitario de referencia nacional, se observan anualmente numerosos casos de pacientes con cultivos positivos para BLEE. Como existe la probabilidad de que estos niños después de un tratamiento racional queden colonizados y sean fuente de infección, se propone, mediante coprocultivo en un estudio de cohortes, demostrar o negar tal posibilidad.