Realidades como el cambio climático, la violencia y el desequilibrio cualitativo y cuantitativo entre población urbana y población rural, plantea actualmente en Colombia la necesidad de enfocar la actividad humana hacia procesos sustentables, entendidos estos como la condición de racionalizar la explotación de los recursos disponibles en cuanto a sus aspectos económico, social y ambiental. Colombia, a pesar de ocupar el primer puesto en el mundo en cuanto a mega diversidad con relación a su área, adolece de grandes problemas ocasionados por la mayoría de las estrategias que hasta ahora han sido aplicadas para generar valor [1]; primordialmente se ha considerado obtener recursos económicos para una población muy reducida, a costa del notable deterioro del medio ambiente y de la pobreza o miseria de grupos amplísimos de su población [2]. Es necesario promover la generación de valor en el sitio donde existe el recurso primario y contribuir a la estimulación de la actividad humana expresada en negocios y en el mantenimiento de condiciones de vida saludables para las generaciones futuras [3]. Aunque Colombia se destaca por su gran biodiversidad y amplias posibilidades de obtener productos vegetales frescos, las pérdidas reportadas son del orden del 50% en todos los renglones, por falta de alternativas de manejo poscosecha para la comercialización de los producto frescos en las grandes ciudades y por los altos costos de trasporte. La deshidratación se presenta como una alternativa interesante para la conservación e industrialización ya que al eliminar el agua se reduce la perecibilidad y disminuyen los costos del material a transportar. Sin embargo los costos energéticos son bastante altos debido al alto calor latente de evaporación del agua. La fertilidad del Altiplano Cundiboyacense confiere a esta zona grandes rendimientos en la producción de materiales vegetales que pueden ser empleados en alimentación animal, humana y en aplicaciones industriales. Considerando los altos índices de radiación solar y la baja humedad relativa reinantes en el Altiplano Cundiboyacense y teniendo en cuenta las necesidades de deshidratar materiales vegetales con el fin de ampliar sus posibilidades industriales y comerciales, este proyecto pretende efectuar el escalado y puesta en marcha de un equipo de deshidratación solar pasiva, tipo invernadero, obtenido en avances previos, con la financiación de Colciencias, por la Universidad en la empresa Apicultura Los Cerezos, ubicada en el municipio de Viracachá (Boyacá), donde prioritariamente se utiliza en deshidratación de polen, producto apícola de gran importancia en la zona . Como etapa previa, se efectuará una priorización de los materiales vegetales a deshidratar mediante una evaluación que considere los parámetros más relevantes en cuanto a la transferencia de masa, la calidad del producto durante la operación y el potencial económico y social del producto en la región. Se efectuará la caracterización del comportamiento de las variables ambientales de la zona en la que se construirá el deshidratador y se valorará el efecto de las mismas sobre la eficiencia de las operaciones de secado de materiales vegetales seleccionados. Se realizará una evaluación de los parámetros de desempeño del prototipo ya existente en función de la calidad de los productos y las variables del proceso de deshidratación, útiles para efectuar el escalamiento del secador solar. Se llevará a cabo el escalado del equipo de deshidratación mediante aplicación de conceptos de semejanza estructural, geométrica, térmica y cinemática. Una vez puesto en marcha el secador solar pasivo, se calificará su desempeño según criterios económicos, de eficiencia en la transferencia de masa y calidad de los productos. Para el desarrollo de este proyecto se vinculará un estudiante de doctorado, becario de Colciencias, así como semilleros investigadores de pregrado.