La tuberculosis (TB) continua siendo un serio problema de salud publica en el mundo que tiende a complicarse cada vez más no solo por la aparición del VIH/SIDA sino también con el advenimiento de cepas de tuberculosis multidrogorresistentes (TB-MDR) y las temibles cepas de tuberculosis extremadamente resistentes (XDR-TB), las cuales tienden aumentar en número de casos y están relacionadas con altas tasas de mortalidad (1,9). Se estima que cada año 424.000 personas se infectan con TB-MDR(2), forma de tuberculosis que no responde al tratamiento de primera línea y se relaciona con el mal manejo del mismo y la deficiencia de los programas de lucha contra la TB; situación critica que ha permitido la aparición de cepas de XDR-TB resistente a Rifampicina, Isoniacida, a cualquier fluoroquinolonas y al menos a uno de los tres medicamentos inyectables (Amicacina, Kanamicina, Capreomicina), Ante tal panorama, la OMS ha propuesto la implementación de un Plan de intervención mundial (2007-2008) dentro del marco “alto a la Tuberculosis 2006 – 2015”, el cual tiene como objetivo principal salvar la vida a 134.000 pacientes afectados por la tuberculosis MDR y la tuberculosis XDR durante los próximos dos años asegurando su acceso a los servicios de diagnostico y tratamiento, salvando así 1.2 millones de vidas para el 2015 (2), siguiendo de la mano las otras dos estrategias para reducir la carga epidemiología mundial de la TB que son: primero, detectar y tratar al 70% de los casos positivos por Baciloscopia (actualmente solo el 53% de los casos son tratados), y segundo, alcanzar una tasa de curación del 85% (hoy tan solo el 83% de los casos sensibles son curados, pero la tasa de curación de los casos MDR es muy bajo). Las epidemias de casos susceptibles son fáciles de manejar si se llevan a cabo los dos objetivos anteriormente mencionados. Sin embargo, la TB-MDR ha aumentado por la deficiencia en la adherencia y/o la formulación del tratamiento, lo que explica porque la virulencia de las cepas XDR-TB tiene su origen en las cepas MDR que adquirieron resistencia; en ciertas áreas con alta incidencia de TB-MDR como Korea del Sur y Latvia, 15 -19% de los casos de TB-MDR son casos de XDR-TB, situación que ratifica la importancia de controlar la TB-MDR para prevenir la transmisión de XDR-TB. Entonces si la TB-MDR se detecta y el tratamiento correcto se incrementa al 70%, los casos de XDR-TB podrán disminuir exponencialmente, de lo contrario la epidemia de XDR-TB podrá ser incontrolable (3). Por los motivos anteriormente expuestos se propone estandarizar el test para fármacos antituberculosis de segunda línea con el objetivo de asegurar el uso correcto de estos fármacos y prevenir futuras farmacoresistencias, además de contribuir a mejorar la vigilancia y control de la tuberculosis MDR que aún pueda responder a los fármacos de segunda línea y lograr diagnosticar a tiempo los casos XDR para orientar el tratamiento indicado y evitar su transmisión