Se trata de un proceso de creación que explora la relación del cuerpo, incluyendo al colectivo, y las fuerzas que convoca a través de la apertura en estados de resonancia y sonoridades, inicialmente presentes en contextos específicos de lugar situados en el caribe colombiano y que se proyectan y son reapropiadas en otros contextos específicos localizados en México. El sonido es el elemento vinculante, el dispositivo de acción y quien instaura una política de escucha que trasciende el hecho de la audibilidad fisiológica para investigar de modo sensible otras aperturas al fenómeno de la escucha y lo sonoro, que subrayan una posible metodología de creación y acción. Estas sonoridades comparten estructuras similares que son reflejo y apariencia de entornos y contextos singulares que se proyectan en el cuerpo y se presentan en un juego de dobles: cuerpos, estructuras sonoras, espacios, políticas y resistencias.