La radiación ultravioleta ejerce una gran variedad de efectos nocivos sobre la piel humana, produciendo diversos daños cutáneos debidos a la absorción de ésta energia por diferentes estructuras presentes en la Epidermis y la Dermis, relacionados con la capacidad de penetración de la radiación lumínica debido a fenómenos de reflexión, absorción, dispersión y transmisión de los rayos hacia las zonas más profundas. Para proteger la piel humana de los efectos nocivos de la radiación solar, se utilizan filtros solares y para evaluarlos ha surgido el término factor de protección solar (FPS) que define la eficacia relativa de estos filtros para proteger la piel contra la radiación UVB. La técnica internacionalmente aceptada es la evaluación in vivo, la cual emplea la piel de voluntarios sanos estableciendo la relación entre la energía requerida para producir una Dosis Eritematosa Mínima (MED) en la piel protegida y la energía requerida para producir una MED en piel no protegida. En los últimos años, se han publicado diferentes estudios para la determinación del valor de FPS in vitro como reemplazo del test in vivo, ya que la mayoría de estudios al utilizar piel de seres humanos conllevan un componente ético a considerar, además de resultar costosos en tiempo y dinero, a la vez que por su naturaleza presentan una alta variabilidad. Sin embargo, no se ha logrado la consecución de un método que permita satisfactoriamente la sustitución de las metodologías in vivo. En la zona epidérmica se evidencia la presencia de sustancias susceptibles de sufrir procesos de fotoxidación, como proteínas y lípidos, donde estos últimos cumplen un papel mecánico primordial, ya que conforman la barrera responsable de la permeabilidad de la piel, situada en el estrato corneo y conformada fundamentalmente por Ceramidas, Ácidos Grasos Libres (AGL) y Colesterol, cuya disposición es crucial en regulación de los procesos de intercambio y almacenamiento de agua. De los AGL presentes, el 25% corresponde ácidos insaturados o poliinsaturados los cuales tienen una gran inestabilidad química, producida por su susceptibilidad a la peroxidación lipídica por Especies Reactivas de Oxígeno (EROx), reacciones que juegan un papel crucial en aquellas enfermedades que afectan a la piel. Debido a que los lípidos de la piel constituyen una diana especial para los efectos perniciosos de la sobre-exposición lumínica, como piel descamada, queratinización anormal e hiperplasia epidérmica, estos constituyen sustratos de interés para el presente estudio, teniendo en cuenta también el hecho de ser materias primas muy bien caracterizadas en general y disponibles comercialmente para ser estudiadas. De esta manera se busca cuantificar el efecto de la radiación UV en los materiales oleosos presentes en la piel humana, con el fin de analizar su correlación con el efecto de esta radiación de la piel en general, para proveer información que posteriormente puede brindar herramientas para el diseño de una metodología in vitro para la determinación del Factor de Protección Solar, como reemplazo de las metodologías in vivo utilizadas hasta ahora.