La población humana en las últimas décadas ha crecido exponencialmente generando sobre explotación de recursos para la producción de alimentos. El agua, como elemento vital también es fundamental en los procesos productivos. En la acuicultura se basa en el aprovechamiento de especies acuáticas para consumo; por lo tanto, el uso de este recurso debe ser lo más optimo posible. Colombia tiene un gran potencial de producción gracias al clima, los recursos hídricos de fácil acceso, la amplia variedad de especies acuáticas y vegetales, lo que resulta indispensable y necesario fomentar la realización de proyectos que vinculen optimizar los sistemas de producción. Aunque las prácticas de piscicultura y de cultivos hidropónicos han sido realizadas desde la antigüedad, la combinación de los dos es relativamente reciente (Muñoz, 2012). En la búsqueda de esta labor se han destacado nuevas tecnologías como la acuaponía. Este es un sistema de producción donde se combina dos sistemas de producción: La acuicultura y la hidroponía (Mateus, 2009) de manera integral dentro del cual los nutrientes en el efluente de la acuicultura se aprovechan para nutrir y cultivar plantas (Ako, 2014) mientras que el agua contaminada por los desechos de los organismos acuáticos es limpiada para ser reutilizada en el sistema. Antiguamente diferentes fuentes mencionan que los aztecas practicaron una forma similar a la Acuaponía. Construían unas estructuras artificiales conocidas como “chinampas” donde crecían maíz y otras plantas comestibles (Boutwell, 2007). Los canales navegables que rodeaban estas islas fueron usados para el cultivo de peces y los desechos que caían al fondo, eran recuperados para fertilizar a las plantas (Martinez-Yañez, 2013). La acuaponía es una tecnología que lleva más de 25 años de conocerse a nivel mundial, las primeras publicaciones sobre la acuaponía se dieron en la década de los 70, donde se demostró que los desechos que producían los peces podían utilizados para el cultivo de plantas, sin embargo fue Rakocy uno de los más importantes investigadores en este tema quien desarrollo un sistema en las Islas Vírgenes en la década de los 90 y de ahí se empezaron a tener datos concretos sobres este tipo de cultivos, actualmente se reportan cultivos en países como Estados unidos, China y Canadá. (Calo, 2011 citado por Pandales y Santos, 2017).