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ESTUDIO DE LA ACTIVIDAD ANTICONVULSIVANTE DE CUMARINA
Resumen
La epilepsia representa uno de los problemas neurológicos más frecuentes, y más que una enfermedad debe considerarse como síntoma de una alteración cerebral que puede tener la más diversa etiología (1). En 1973 la Liga Internacional contra la Epilepsia y la O.M.S. definieron la epilepsia como “una afección crónica de etiología diversa caracterizada por crisis recurrentes originadas por descargas excesivas de un grupo neuronal hiperexcitable y que se asocia con diferentes manifestaciones clínicas”. El impacto epidemiológico de ésta enfermedad es importante especialmente en los países en vía de desarrollo. En Colombia se han realizado pocos estudios de prevalencia de enfermedad convulsiva, y por razones logísticas la mayoría de estudios de enfermedades neurológicas se han limitado a describir la prevalencia en áreas circunscritas. En 1974, Gómez y colaboradores estudiaron una muestra probabilística de la población de Bogotá, y estimaron una prevalencia de epilepsia de 19,5 por 1000 habitantes. Un estudio más actual de prevalencia de enfermedades neurológicas, el cual forma parte del estudio neuroepidemiológico nacional ( EPINEURO), de acuerdo con el protocolo de la O.M.S para estudios epidemiológicos de enfermedad neurológica , realizó una primera fase de tamizaje de potenciales enfermedades neurológicas y una segunda fase de diagnóstico específico en el Valle del Cauca ( 2 ) . En dicho estudio se concluye que en el caso de epilepsia , la prevalencia global ajustada a la edad es de 10.8 por 1000 habitantes, muy semejante a la prevalencia de los demás países en desarrollo, además es un poco mayor en mujeres ( 13.8 ) que en hombres ( 10.1). Esta prevalencia se consideró alta, en comparación con los países industrializados. De todo lo anterior podemos concluir que la epilepsia es una enfermedad neurológica de un impacto relevante en países en vías de desarrollo, por tanto la investigación de nuevas formas de tratamiento se hace interesante y útil en países como el nuestro, donde la prevalencia de la enfermedad es una de las más altas de Latinoamérica . Aunque existen instrumentos complementarios del tratamiento farmacológico antiepiléptico como evitar el trasnocho, el alcohol, preservar inserción social, tratamiento de la enfermedad de base ( en caso de que se diagnostique), el manejo farmacológico es relevante en esta patología, y en la mayoría de los casos es crónico. Debido a lo anterior los fármacos que se utilicen, además de ser eficaces, deben generar pocos efectos secundarios para que haya una buena adherencia a los mismos ( 1 ) . Los fármacos disponibles para tratar la epilepsia se pueden dividir en tres grupos: antiepilépticos clásicos (fenobarbital, fenitoína, carbamazepina, ácido valproico), los benzodiacepínicos ( diazepam, clonazepam , clobazam ) y antiepilépticos de nueva generación (lamotrigina, gabatriptina, oxarbazepina). Los efectos secundarios inducidos por los fármacos antiepilépticos pueden limitar su uso. Por ejemplo los barbitúricos producen somnolencia, por tanto no se pueden usar en pacientes que requieren estar alertas por el tipo de trabajo que desempeñan. Los benzodiacepínicos también producen somnolencia. Este efecto secundario es un factor determinante en la adherencia al tratamiento (3). Efectos dosis-dependientes incluyen trastornos motores, cerebelosos y gastrointestinales que se presentan con una variedad de antiepilépticos, por tanto se deben hacer ajustes periódicos de la dosis, lo que implica más costos en el tratamiento. Por otro lado no todos los pacientes tienen una respuesta clínica satisfactoria; 65% de los pacientes tratados con monoterapia logran un control satisfactorio, un 35% no se controlan y presentan una alta frecuencia de crisis. En este último caso es necesario la adición de una segunda medicación antiepiléptica. Como recomendación general en la actualidad se prefieren combinar fármacos con diferentes mecanismos de acción con el fin de generar un potencial sinergismo (4) De ese 35% que no se controla, un 10% logra control satisfactorio con la adición de otro fármaco y un 25% no logra el control adecuado a pesar de la adición. En ese último caso se adiciona un tercer fármaco, lo cual generaría beneficios en un 5% de estos pacientes. En ese 20% que finalmente no logró un control satisfactorio con la politerapia juega un papel muy importante el uso de nuevos fármacos o coadyuvantes terapéuticos. Actualmente se utilizan nuevos fármacos antiepilépticos como el gabapentín, lamotrigina, tiagabina, topiramato, vigabatrin y zonisamida, cuyo principal mecanismo de acción es aumentar el GABA, que es el principal neurotrasmisor inhibitorio. Los mejor tolerados son gabapentín y lamotrigina. A pesar del tremendo arsenal de fármacos antiepilépticos que se ven en el mercado mundial, muchos de ellos todavía no están disponibles en países sudamericanos. La razón más válida es su alto costo que en muchos países no es cubierto por seguros estatales o el seguro social, los cuales abarcan a la mayor parte de la población (5). La continua búsqueda de nuevos fármacos antiepilépticos, se basa en encontrar fármacos que sean más eficaces, seguros, mejor tolerables y más accesibles. Esto sigue llevando al desarrollo de nuevos agentes, lo que ha generado la necesidad de investigar y hacer tamizajes de plantas medicinales. Desde hace algunos años se viene buscando en el reino vegetal un tratamiento a la cura de las convulsiones. La búsqueda de principios activos en plantas se hace necesaria con el fin de hallar nuevas moléculas para la generación de prototipos farmacológicos o como base para la creación de coadyuvantes como fitoterapéuticos asociados a la terapia convencional. La especie Justicia sp conocida popularmente como “ amansaguapos” se ha utilizado popularmente como tranquilizante ; el perfil central de la especie investigado en la Universidad Nacional de Colombia determinó que la Cumarina aislada presenta una excelente actividad anticonvulsivante en el modelo de electroshock , por lo que es interesante estudiar la actividad de la Cumarina mediante modelos de epilepsia como los bioquímicos que evalúan los posibles mecanismos de acción anticonvulsivante ( 6 ) . La Cumarina extraída de plantas ha sido estudiada en varias actividades biológicas como la antiinflamatoria, antifúngica, antiviral y antitumoral, sin embargo no se ha profundizado en su actividad antiepiléptica; esta investigación busca profundizar los estudios preliminares de tamizaje realizados en la Universidad Nacional de Colombia con respecto al potencial efecto protector de la Cumarina en diferentes modelos químicos de epilepsia.
Convocatoria
Nombre de la convocatoria:CONVOCATORIA APOYO A TESIS DE PROGRAMAS DE POSGRADO - 2007
Modalidad:CONVOCATORIA APOYO A TESIS DE PROGRAMAS DE POSGRADO SEDE BOGOTÁ - 2007
Responsable