Existe evidencia que demuestra los efectos deletéreos del estrés experimentado en las primeras etapas de la vida sobre el desarrollo de diversas áreas del sistema nervioso, hecho que se asocia con distintas manifestaciones psicopatológicas. Uno de los elementos críticos para el neurodesarrollo en estas etapas lo constituye la diada madre-hijo, cuyo vínculo va mucho más allá del cuidado nutricional y se erige en una importante fuente de estimulación senso-motora y afectiva, que actúa como modelador de los circuitos neurales en el niño. De hecho, las experiencias tempranas afectan el desarrollo cerebral y el comportamiento de los individuos. Estudios clínicos en los que se evalúan las consecuencias de experiencias tempranas adversas como el maltrato infantil, el abandono materno y el estrés psicosocial, sugieren que estos factores podrían favorecer el desarrollo de diversas psicopatologías, en particular durante la adolescencia y la edad adulta. Utilizando un modelo en ratas de SMDL en el cual la separación se hace por dos periodos de 3 horas durante la fase oscura del ciclo, hemos reportado que dependiendo del sexo, en la edad adulta se presentan alteraciones en comportamientos relacionados con ansiedad, diferencias en la expresión de receptores GABA A, cambios en el número de astrocitos, y cambio en el tamaño de los ventrículos. Así mismo, hemos podido identificar que niños con hiperactividad han tenido una disrupción temprana del vínculo materno. Por otra parte se ha reportado que el estrés neonatal genera ajustes fenotípicos en la estructura de la conducta alimentaria alterando los patrones de ingesta de alimentos, especialmente dado por la preferencia de alimentos altamente palatables, que hay patrones de conducta heredables y que además, el ambiente puede modificar la expresión de diferentes genes. Con base en estos antecedentes, se han generado distintas preguntas y en este proyecto proponemos responder tres de ellas como desarrollo de tres tesis de maestría, dos en fisiología y una en neurociencias. Las preguntas que pretendemos resolver son 1. ¿La SMDL influye en el consumo de edulcorantes?, cabe recordar que la SMDL induce ansiedad, que el dulce disminuye la ansiedad y que cada vez es más frecuente el uso de edulcorantes en etapas tempranas del desarrollo. 2. ¿La DMDL altera la conducta materna y esos cambios permanecen en las 3 generaciones siguientes? 3. ¿La DMDL induce cambios epigenéticos evaluados en el grado de metilación del receptor de GR para glucocorticoides a través de tres generaciones? Para responder estas preguntas, se utiliza el mismo modelo que hemos venido trabajando, pero se establecen estrategias metodológicas distintas, de tal forma que responder cada pregunta implica el trabajo y dedicación de, al menos, una estudiante de maestría, cada una con la posibilidad de vincular estudiantes auxiliares de pregrado. El abordaje con respecto a los edulcorantes incluye que el día posnatal 26 se comience con los edulcorantes. Se probarán sacarosa, sucralosa, aspartamo y stevia, todos suministrados en agua, de tal forma que las raticas podrán escoger entre agua normal o agua endulzada y para cada uno habrá un grupo control y uno separado. Durante el proceso experimental se tomará registro de la ganancia de peso corporal cada 4 días y de los valores de glucosa sanguínea cada 5 días, el día posnatal 50 se llevará a cabo una prueba comportamental en el test de campo abierto para evaluar parámetros relacionados con actividad locomotora. La segunda pregunta se abordará a través de tres generaciones para determinar cambios en el estado de metilación del receptor GR para glucocorticoides (estado de metilación del exón 17GR del promotor del gen que codifica el receptor GR diferentes áreas cerebrales) y establecer relaciones entre estos posibles cambios y algunos parámetros en la conducta materna exhibida por ratas Wistar, cuya primera generación será sometida al protocolo de SMDL.