El cáncer de páncreas (CP) fue la séptima causa de mortalidad por cáncer a nivel mundial en 2018 y la novena en Colombia en 2017, [Bray, 2018],[Instituto Nacional de Cancerología, 2017]. Aunque el CP es menos común que otros cánceres, la tasa de mortalidad es la más alta, su incidencia fue de 458.918 nuevos casos y 432.242 muertes en todo el mundo en 2018, [Bray,2018]. El CP se diagnostica en etapas avanzadas en el 75 % de los casos, con una tasa de mortalidad de 0,98 y la tasa de supervivencia a 5 años oscila entre el 4 y el 7 %; esta tasa se eleva hasta el 25,8 % cuando el tumor está localizado, pero esto sólo ocurre en el 9 % de los casos, [Lee, 2019] [Wani, 2014], [Moutinho-Ribeiro, 2019], [Walling,2017], [Jain, 2019]. El mal pronóstico se debe al tratamiento inadecuado o ineficaz y principalmente al retraso en el diagnóstico, cuando el paciente presenta metástasis a distancia o invasión ganglionar, [Jain, 2019], [Walling,2017]. Por lo general, el CP se presenta como una masa o tumor asintomático hasta que afecta la función del hígado, causa metástasis u obstruye los conductos. Sus síntomas son variables e inespecíficos, como dolor abdominal y de espalda, fatiga, pérdida de peso, náuseas e ictericia [Dallongeville, 2019] [Llop, 2018], [Moutinho-Ribeiro,2019] [Jain, 2019] [Walling, 2017]. A pesar de la mejora en el conocimiento del CP, este es difícil de analizar, detectar y tratar. El ultrasonido abdominal (UA) es el primer enfoque del diagnóstico, pero en muchos casos es imposible visualizar todo el páncreas y detectar pequeños tumores [Llop, 2018] [Takhar, 2004]. En ese caso o cuando la sospecha de CP es fuerte, se practican otras técnicas de imagen como la Tomografía Computada (TC), la Resonancia Magnética (IRM) o la Ultrasonido endoscópico (EUS por sus siglas en inglés). Con la TC y la IRM es necesario practicar otro examen para hacer biopsia, pero con la EUS, la muestra se adquiere inmediatamente, [Llop, 2018] [Miura, 2006], por lo que es el único método que permite diagnosticar, estadificar y tratar el CP en el mismo examen [Moutinho-Ribeiro, 2019]. Aunque, la sensibilidad reportada por gastroenterólogos experimentados varía de 87 a 100% en un procedimiento de EUS, cuando los especialistas solo han adquirido pocos años de experiencia, dicha sensibilidad decrece drásticamente. Por lo tanto, el desarrollo de estrategias computacionales serían de gran ayuda para ayudar al diagnóstico del CP. Una patología afecta la arquitectura del tejido, estos cambios podrían ser irreconocibles visualmente pero posiblemente extraídos usando el procesamiento de imágenes digitales, [Das, 2008], [Zhang, 2010]. Se han desarrollado estrategias computacionales para detectar el CP usando secuencias de video de EUS. La técnica de post-procesamiento más común es la elastografía, que evalúa la rigidez de los tejidos y caracteriza el tumor (maligno o benigno) por su patrón de mapa de colores. Pero, esta estrategia es subjetiva y depende en gran medida de los conocimientos especializados de [Zhang, 2010]. Para hacerlo objetivo, se calcula el ratio de tensión, el histograma de tonalidad y el color dominante [Moutinho-Ribeiro, 2019], [Kawada, 2016], [Iglesias- García, 2017], [Saftoiu, 2008]. Otra técnica de post-procesamiento, es el análisis de imagen en modo B, utilizando análisis textural, morfología matemática o métodos estadísticos. En este contexto, este proyecto propone una estrategia de segundo lector para apoyar el diagnóstico de CP, detectando con una alta precisión el CP durante un procedimiento de ultrasonido endoscópico. Adicionalmente, se presenta la posibilidad de usar esta estrategia como una herramienta para formar nuevos especialistas. El método caracterizaría patrones heterogéneos de regiones tumorales y detectaría imágenes de ultrasonido con alta probabilidad de tumor. Adicionalmente, se elaboraria un aplicativo donde se pueda ejecutar la estrategia para que pueda ser usado por especialistas de gastroenterología.